“Llegué a limpiar los coches que alquilábamos en un parking a medianoche”

Crecer lejos de casa

Mauricio Sabater nació en Barcelona en 1987, aunque se crió en el extranjero. “Pasé toda mi infancia fuera porque mi padre trabajaba para un organismo internacional. Viví en la Guayana Británica de pequeño y más tarde nos trasladamos a Viena, en Austria, donde estuve hasta los 15 años”, recuerda. Sabater admite que fue duro volver a casa después de haber vivido tantos años fuera, pero que, por otra parte, regresó con muchas experiencias internacionales al bolsillo. Una vez terminado el instituto, Sabater volvió a marcharse para estudiar ADE en la Toulouse Business School, en Francia: “Siempre me había sentido atraído por los aspectos comerciales y vi que me abriría muchas puertas, sabía que quería dedicarme al mundo de la empresa”. Sabater vivió en Toulouse cinco años, del 2005 al 2010, cuando acabó el máster, entró en el mundo laboral y se marchó a trabajar a Bruselas.

Una carrera vinculada al motor

“Mi primer trabajo fue en el equipo de marketing de Lexus en Bélgica. Fue una causalidad, pero ya entré en el mundo del motor donde he desarrollado toda mi carrera profesional”, explica Sabater. Pero al año se marchó a Colonia, en Alemania, para formar parte de Citroën y el primer proyecto de carsharing que la empresa desarrolló en el país: “Fue una experiencia muy distinta sólo por lanzar un negocio tan nuevo en una ciudad como Berlín”. En 2013, Sabater decidió dejar Alemania y acabó en otra empresa de carsharing, Zipcar. "Era la matriz de la conocida Avancar y me dedicaba a abrir el coche compartido en nuevos mercados como Costa Rica, Taiwán e Islandia", explica. A su juicio, esta experiencia profesional fue un punto de inflexión en su trayectoria, porque todavía no había muchos mercados que se plantearan esa opción y la movilidad sostenible no entraba todavía en la agenda de muchos países.

Volver a casa y emprender

En 2019, ya establecido en la capital catalana, Sabater entró a formar parte de la start-up francesa Virtuo, la primera aplicación de alquiler de coches a demanda. “Llevaba muchos años dentro del sector y ellos buscaban entrar en los mercados del sur de Europa. Ahora, después de cuatro años, gestionamos ya todo el mercado español e italiano desde Barcelona”, afirma Sabater. Sin embargo, reconoce que el comienzo no fue fácil: “Ahora soy el director general, pero cuando empezamos llegué a limpiar los coches que alquilábamos en un parking a medianoche, porque éramos sólo dos personas en España y empezamos desde cero”. Según explica, el mercado español todavía está en desarrollo en lo que se refiere a modelos de negocio de movilidad sostenible: “España necesita consolidarse y democratizar estas opciones, que puedan llegar a todo el mundo. Además, se necesita más electrificación de los vehículos, las ciudades aún no se han puesto las pilas para tener una infraestructura verde de verdad como otros países que son líderes en estas políticas sostenibles”.