Maria Barbal: "El catalán vuelve a estar en una situación crítica"
La autora de 'Canto rodado' escoge Tremp para recibir el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes
Temple"Barcelona es un ruido sin palabras y es un silencio pastoso, lleno de recuerdos concretos". Con estas palabras, extraídas de Canto rodado, de Maria Barbal, empezaba este jueves en Tremp la ceremonia de entrega del 53º Premi d'Honor de les Lletres Catalanes. La escritora ha escogido este municipio, recogido entre montañas, porque ahí nació en 1949, creció hasta que se marchó a estudiar a la capital catalana y lo incorporó a la literatura a través del reconocido Cicle del Pallars.
"Se ha dicho que la literatura puede ser una patria –ha afirmado la autora durante el discurso de recepción del premio–. Yo me inclino a pensar que la literatura, este mundo de las palabras, es vida dentro de la propia vida, la del día a día, la individual". Barbal ha hecho una mirada retrospectiva a su experiencia personal y profesional –fue, hasta la jubilación, profesora de lengua y literatura catalanas en varios institutos–, antes de recordar "el ahorcamiento" que ha sufrido la literatura catalana durante años.
"Dos generaciones sin lengua y cultura catalanas en la escuela significaba borrarlos en cuanto a lectores en la lengua propia", ha recordado. Ella, como tantos otros autores nacidos en plena posguerra, no pudo estudiar en su lengua materna, pero ha conseguido construir una trayectoria literaria que ha llegado a la cumbre del reconocimiento este 2021 gracias al Premi d'Honor. El catalán "ha sobrevivido al exilio, a la represión y a las dificultades que supone compartir territorio con otra lengua soberana, con muchos más hablantes y personas que lo escriben", ha continuado, antes de lanzar una advertencia sobre el presente y futuro: "El catalán vuelve a estar en una situación crítica". Parecía que respondiera al irreducible optimismo de Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural, desde la prisión de Lledoners: "En la voluntad del ser y en la persistencia del hacer seguimos alimentando la esperanza".
Memoria viva
Minutos antes del inicio de la gala en el teatro La Lira, unos cuantos curiosos echaban un vistazo a la fachada de la casa natal de la autora, situada en la esquina entre la calle Lleida y Girona. Barbal hace años que forma parte de la memoria viva del pueblo. La biblioteca municipal lleva su nombre desde 2008. Hay una ruta literaria dedicada a su obra.
La autora ha aparecido puntual, con la elegancia tímida que la acompaña siempre, acompañada de la presidenta del Parlament de Catalunya, Laura Borràs. No era la única autoridad política presente en el acto. En la fila cero del teatro estaba el president de la Generalitat, Pere Aragonès; la consellera de Cultura, Natàlia Garriga, y también el ex president José Montilla.
Barbal escribió Canto rodado porque necesitaba "expresar el dolor," hasta entonces sepultado, de las historias de la guerra y la posguerra que le habían explicado. Publicada en 1985, fue un debut fulgurante, del que se han vendido centenares de miles de ejemplares y que se ha traducido a una veintena de lenguas. La entrega del Premi d'Honor ha empezado recordando la historia de Conxa a través de una cata de la adaptación teatral de Marc Rosich al TNC en 2010, y ha continuado, después de las palabras de Cuixart, con la glosa de Albert Villaró. "Maria ha llevado su mundo por todas partes, para disgusto de los falsos cosmopolitas", ha dicho, antes de recordar como se tildó de "rural, como si fuera la tiña", su literatura.
"Yo no busqué el tema ni el argumento sino que fueron ellos que me persiguieron a mí –aseguraba Barbal más tarde–. Porque un acto de escritura exige introspección y voluntad, y las otras razones, que la familia y los amigos te valoren mejor, el dinero o la fama, quedan muy por debajo de este motor". Poco después mencionaba unas palabras de Joseph Brodsky que citaba Montserrat Roig –compañera de generación muerta prematuramente, a los 45 años– en uno de sus libros: "Si hay un acto de amor, este es la memoria".
Precisamente la memoria ha vertebrado buena parte de las novelas de Barbal, de Canto rodado a En la piel del otro (2014) y A mi amigo escocés (2019). También la necesidad de reinventarse a la edad que sea para continuar luchando por la felicidad, como hace en Tàndem, novela que, además de ganar el premio Josep Pla 2021, ha conseguido que la autora se haya situado, durante meses, en lo alto de las listas de más vendidos. "Escritoras y escritores, a pesar de que a veces recibimos premios, si es que somos necesarios lo somos de una manera que no es tan básica", ha dicho antes de recordar el trabajo de médicos y maestros, que "salvan" y "encaminan" vidas. La elogiable modestia de Barbal ha levantado un aplauso que ha hecho temblar, durante unos segundos, el teatro de Tremp. Después ha vuelto ese silencio que la escritora ha sabido describir tan bien en sus libros.