Masayoshi Sukita: “Sentí que podía mirar dentro del alma de David Bowie”
La exposición 'Bowie x Sukita', en la galería FotoNostrum, permite seguir la camaleónica personalidad del artista británico a través de la privilegiada mirada del fotógrafo japonés
BarcelonaThe Konrads, The Riot Squad, el folk psicodélico, el glam rock, el soul, el funk, The Thin White Duke, Berlín, los años pop, Tin Machine, la música electrónica... La cronología musical de David Bowie (1947-2016), que abraza casi seis décadas, muestra una pocos mortales. En junio de 1972, en plena eclosión del glam rock, Bowie se sacó de la manga un alter ego: Ziggy Stardust, el rockero alienígena que le propició fama eterna con el álbum Rice y fallo de Ziggy Stardust and Spiders from Mars. Aquel look tan extravagante y andrógino de Bowie –que fue uno de los primeros en romper las barreras de género– cautivó al público. También un fotógrafo japonés que estaba de paso en Londres, donde había ido a tomar una sesión de fotos con Marc Bolan, el cantante de T-Rex. Pero Masayoshi Sukita (Nogata, 1938) no podía quitarse de la cabeza un póster que había visto por la calle. "En ese momento yo no sabía quién era. Así que pregunté en el conserje del hotel donde me alojaba quién era Bowie. Me quedé tan impresionado por esa imagen que supe que debía asistir a uno de sus conciertos", explica Sukita, de 87 años, vía e-mail desde Japón. Lo que entonces todavía no sabía era que ese póster le cambiaría la vida.
El interés de Sukita por la fotografía surgió de la curiosidad. "Cuando era adolescente, justo después de la Segunda Guerra Mundial, la cultura pop norteamericana llegó a Japón y muchos jóvenes se sintieron atraídos. Para mí era muy importante captar todo lo que pasaba y le pedí una cámara a mi madre. Aunque en ese momento no nos podíamos permitir una, hizo todo lo posible para cumplir mi deseo". No fue una afición pasajera. Sukita se graduó en fotografía, se mudó a Tokio y empezó a trabajar para el sector de la moda y la publicidad. Pero su fascinación por las subculturas urbanas le llevó a Londres, la antesala del universo Bowie. "Dos semanas después de ver el póster pude ir a un concierto suyo gracias a un amigo, un estilista japonés que trabajaba para Kansai Yamamoto, que en ese momento vestía a Bowie. Pude enseñarle mi portafolio, le gustó y empezamos una colaboración que duró mucho tiempo", asegura. Nada menos que cuatro décadas, que se estrenaron ese mismo agosto con un retrato de título elocuente: The first time I saw you [La primera vez que te vi] (1972), con un Bowie destilando psicodelia setantera y una guitarra eléctrica roja entre las manos.
Esta relación de arte y de amistad se ha condensado a Bowie x Sukita, la exposición que puede verse en la nueva sede de la galería FotoNostrum de Barcelona desde este viernes 23 de mayo hasta el 15 de septiembre, y que permite seguir la camaleónica personalidad del cantante británico a través de la privilegiada mirada del fotógrafo japonés. Entre los setenta imágenes, hay icónicas, como una captada en 1973 en Nueva York. Aparece Bowie con el pelo teñido de rojo luciendo una rana de vinilo negro con rayas blancas y perneras hiperbólicas que formaba parte del vestuario de la gira de Aladdin Sane. Un diseño de Yamamoto que muestra el cuidado con el que Bowie construía sus personajes y narrativas.
"Cuando hacíamos sesiones de fotos, Bowie siempre escogía la ropa que se ponía, yo no tenía ninguna influencia en eso, pero sé que le gustaba la de Yamamoto", afirma. No en vano, el estilo de su compatriota –que basculaba entre la modernidad de la ciencia ficción y el clasicismo del teatro kabuki– estaba en sintonía con lo imaginario glam de Bowie.
Más allá de Londres y Nueva York, Japón también fue un punto de encuentro entre los dos amigos. En 1977 Iggy Pop fue a Tokio a promocionar The idiot, un álbum de estudio producido por Bowie, que le acompañó en aquel viaje promocional. Sukita no dejó escapar la oportunidad y les propuso una sesión de estudio –por separado– luciendo una chaqueta de cuero. Al terminar, seleccionó las mejores fotos y envió unas copias a cada uno. La sorpresa llegó cuando Bowie le dijo que una de esas imágenes la utilizaría para la portada del álbum Heroes (1977). "Por razones obvias, Heroes y The first time I saw you son dos fotos que me encantan, pero una de mis favoritas absolutas es Ki. La hice en 1989, durante un período particular de la carrera de Bowie. Antes de la sesión le regalé un álbum de Ryuichi Sakamoto, que acababa de salir a Japón, todavía inédito en Occidente. Sé que a Bowie le gustaba mucho su música, y durante la sesión estuvo escuchando ese nuevo álbum. Ponía cara de absorto, y sentí que podía mirar en su alma", asegura.
La fascinación de Bowie por la cultura japonesa empezó en 1966, cuando el actor y mimo británico Lindsay Kemp –muy influenciado por la estética y los movimientos del teatro kabuki– se convirtió en su mentor de danza. En contrapartida, los discos de Bowie también eran muy bien recibidos en Japón, país que visitó varias veces. En 1980 permaneció diez días en Kioto para rodar el anuncio de un licor japonés. De esta estancia surgieron otras dos sesiones con Sukita: una de estudio, donde Bowie se transformó en un hombre de negocios, y otra totalmente improvisada en la que se convirtió en un ciudadano anónimo que llamaba por teléfono desde una cabina, visitaba un centro comercial, cogía el día y me encantó la sesión que me encantó la sesión que me encantó la sesión. invitó a pasear por toda la ciudad. ¡De hecho, ese día fue mi conductor! Me gustó mucho porque fue espontáneo y me mostró cómo le interesaba nuestra cultura", recuerda Sukita, que siempre se ha sentido "feliz y orgulloso" de tener la oportunidad de trabajar media vida con el artista británico. ¿Cómo hubiera sido la carrera de Sukita si ese póster no se hubiera cruzado en su camino? "No puedo responder a esta pregunta... Todavía ahora estoy buscando a David Bowie".