Matar a hombres en tiempos como los que vivimos es el único recurso

BarcelonaGracias a la editorial Més Llibres y a la traducción de Ricard Vela podemos leer en catalán Animal, la novela debut de la escritora Lisa Taddeo, después del éxito internacional conseguido en 2019 con Tres mujeres, una obra de no-ficción sobre el deseo sexual femenino y el patriarcado. La narradora afirma que matar a hombres en tiempos como los que vivimos es el único recurso. Siempre estará el machista de turno que se sentirá ofendido y girará la frase: matar a mujeres en tiempos como los que vivimos es el único recurso. Este palurdo sexista caería en una falsa equivalencia: la violencia contra las mujeres por parte de los hombres supera con creces la dirección contraria. El Times ha definido la novela como "el Americanpsycho de la era Me Too", pero la crudeza también puede hacer pensar en la película Promising young woman, de Emerald Fennell, o en la versión hardcore de las novelas de Camila Läckberg. Estamos ante una experiencia literaria increíble que nos remueve las tripas. A base de giros inesperados de la trama y de una misteriosa voz narrativa que parece interpelar un tú femenino universal, las cosas van de mal en peor a la velocidad de la deformación, y el lector va recogiendo una sensación de permanente latigazo cervical. 

Un personaje depravado y fascinante

La historia de Animal empieza cuando un examante controlador y no correspondido se dispara ante Joan, soltera de 36 años que a continuación abandona Nueva York para irse a Los Angeles a buscar a una tal Alice, una profesora de yoga con una misteriosa conexión con su pasado. Joan explica a pinceladas y siempre en primera persona que la suya ha sido una vida perturbada, huérfana de padres desde los diez años y criada por la tía Gosia, una libertina. Por suerte, ella no es la típica protagonista: es una antiheroína contradictoria, una superviviente fastidiada y depravada que se comporta de manera rábida. Obsesionada con el sexo, tiene hambre de amor y aceptación. Es víctima y verdugo a la vez, y por eso encadena relaciones disfuncionales basadas en la lucha de sexos. No lee libros, no mira la televisión, no escucha música; solo recuerda traumas y sexo, salvajismo masculino cotidiano y acumula bilis. Desagradable, corrupta moral, y fascinante al mismo tiempo, Joan no es en ningún caso una psicópata. Este es el talento de Lisa Taddeo: crear una prosa que transmite grandes ideas reducidas a aforismos que se leen como minimanifiestos teñidos de rabia y violencia.

Los hombres de este libro son egoístas, "cangrejos que se van arrastrando a todas partes con las pinzas fuera", con intenciones nefastas, y el único motor del narcisismo. Las vías con las que cada hombre persigue su propio placer, con independencia de las consecuencias, es lo que destruye a Joan desde que tiene uso de razón. Animal es una novela impregnada de pérdidas inspiradas en la biografía de Taddeo. Cuando un libro surge del dolor, las reflexiones y las imágenes son radicales, fondas, vividas; los impulsos humanos se vuelven más oscuros, porque lo que pretende la autora no es imaginar, sino redactar un ejercicio de verdad. El resultado es una odisea sexual que parte de la exploración visceral del empoderamiento y la aprobación. El monólogo interior de Joan danza entre sus propios deseos y la obsesión por los juegos de poder. El sexo, auténtico protagonista de Animal, es negativo: violaciones, orgías, viejos verdes, jóvenes crueles, abuso infantil, masoquismo y venganza. Pero a la vez Joan también afirma esto: "El sexo hacía que me sintiera bonita".

Tres mujeres tenía el sello de la autenticidad porque partía de vidas reales, de conversaciones que Taddeo transformaba en narrativa. Animal, en cambio, es una novela, y el mismo carácter explícito a veces resulta prefabricado, rozando el Grand Guinyol, la caricatura, el exceso. A pesar de todo, Lisa Taddeo ha escrito una novela compulsiva sobre la naturaleza humana que tardaremos en olvidar.