entrevista

José Antonio Mullor: “En medio de tanta innovación, necesitamos productos de toda la vida”

Gerente de Sirvent, negocio familiar barcelonés especializado en helados, horchatas y turrones

Marc Amat
y Marc Amat

A pesar de tener las tiendas físicas en Barcelona, ​​para explicar el nacimiento de Sirvent es necesario viajar hasta Jijona, a Alicante.

Exacto. De hecho, nuestra familia viene de allí, donde hace casi un siglo que ya tenía un negocio vinculado al mundo de la horchata y el helado. En 1920 la zona vivía momentos muy difíciles: en el pueblo cada vez había menos puestos de trabajo y sus habitantes empezaron a emigrar, cada uno en lugares muy distintos de la Península. El padre de mi suegro -que entonces llevaba las riendas del negocio- decidió poner los pies en Barcelona, ​​le gustó y se quedó. Al cabo de un tiempo apostó fuerte por abrir un local de horchatas y helados en la calle Freixures, junto al mercado de Santa Caterina. Le fue bien y, en cuanto pudo, se lo vendió para comprar otro en la calle Parlament, que es donde tenemos el local todavía hoy. En 2006 mi mujer cogió las riendas y yo pasé a ocuparme de la gerencia.

Se marcharon de Jijona, pero sus productos aún llevan el nombre de la ciudad impreso al etiquetado.

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Efectivamente. De hecho, desde hace casi 40 años -aparte del helado y de la horchata- también producimos nuestro propio turrón. En este caso lo hacemos íntegramente en unas instalaciones que tenemos en Jijona, y después lo transportamos hasta Barcelona para venderlo al por menor. A pesar de que este hecho complica su logística, el hecho de elaborarlo allí nos permite poder incluir la denominación de origen en el embalaje, con el valor añadido que aporta. No somos los únicos que lo hacemos: es una práctica bastante extendida.

Su negocio se basa en la venta de productos con un alto componente de estacionalidad. ¿De qué forma los condiciona?

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Nuestras épocas fuertes son dos: la Navidad, cuando tenemos el turrón como plato fuerte, y los meses de temperaturas cálidas, con la variedad de helados, granizados y horchatas. De hecho, nosotros abrimos sólo desde el mes de abril al 5 de enero. A partir de entonces damos tres meses de vacaciones a los trabajadores y aprovechamos para actualizar las instalaciones y la maquinaria. Aunque hacemos un producto muy tradicional, nuestro campo también evoluciona, y es necesario adaptarse a las nuevas tecnologías.

Precisamente, desde hace unos años ha apostado por el comercio electrónico. ¿Le funciona?

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Por temas de transporte, por internet tan sólo podemos vender nuestros turrones. Tienen mucha salida, claro, en período navideño, especialmente en Francia, de donde provienen el 60% de los pedidos que recibimos. Ahora bien, la mayoría de las ventas las seguimos realizando en las tiendas físicas. Es curioso, pero un 90% de nuestros clientes son personas del barrio, que confían en nosotros y sin las que no podríamos subsistir. Nuestro secreto es, simplemente, apostar por elaborar un producto siguiendo recetas tradicionales. Vendemos leche merengada, no helados de diseño. En medio de un mundo tan plegado de innovaciones, necesitamos productos de toda la vida que nos sirvan de referentes a los que aferrarnos. Aunque últimamente se han abierto nuevos negocios en nuestro sector, el cliente nos premia a nosotros, puesto que nos conocen y valoran nuestra trayectoria. Disfrutamos mucho cuando un cliente degusta nuestra horchata y exclama que tiene el mismo gusto hace veinte años.