Michelle Yeoh, un Oscar con madera de superheroína
La protagonista de 'Todo a la vez en todas partes', una de las grande triunfadoras de los premios de Hollywood
BarcelonaEn una de las realidades paralelas de este multiverso, una actriz malasia de origen chino que empezó en los 90 haciendo películas con Jackie Chan y que enseguida se convirtió en la estrella femenina de acción más importante del cine de Hong Kong acaba de ganar un Oscar a la mejor actriz por su papel en la inclasificable Todo a la vez en todas partes. No es un éxito menor: Michelle Yeoh (Ipoh, 1962) ha conseguido un reto solo comparable al de Evelyn Wang, su ya icónico personaje en la película de los Daniels. Si salvar el universo de una amenaza apocalíptica a la vez que te enfrentas con Hacienda y restableces la relación rota con tu hija es una gesta solo al alcance de una auténtica superheroína, también lo es ser la primera ganadora de origen asiático en una categoría, la de mejor actriz, que históricamente ha obviado a las actrices racializadas (solo Halle Berry lo había obtenido antes que Yeoh).
Para esta misión imposible se necesitaba, pues, a la mejor: una estrella con madera, aspecto y habilidades superheroicas. Es decir, Michelle Yeoh. Antes de que a Hollywood se le pasara por la cabeza introducir la diversidad de género en las películas de superhéroes, Yeoh ya brillaba como protagonista, entre otras muchas cintas de acción hongkonesas, de The heroic trio (Johnnie To, 1993), donde tres guerreras con superpoderes (a Yeoh la acompañaban nada más y nada menos que Maggie Cheung y Anita Mui) luchaban con un ente demoníaco que secuestraba bebés. Las set pieces de acción orquestadas por To eran un prodigio coreográfico en el que Yeoh, Cheung y Mui volaban grácilmente por los aires –gracias al uso de cables y poleas que después popularizaría Tigre y dragón (Ang Lee, 2000)–, perseguían a malvados en moto o esquivaban balas –¿debían de haber visto las Wachowski The heroic trio antes de hacer Matrix (1999)?–. Si en las secuencias de lucha Cheung y Mui eran filmadas habitualmente de manera fragmentada, Yeoh solía aparecer de cuerpo entero, captada en planos generales que permitían la exhibición de sus dotes físicas.
Sin dobles en las escenas de acción
Yeoh, que se formó inicialmente como bailarina, era conocida por no utilizar nunca dobles en las escenas de acción, así como por su habilidad con las artes marciales, donde destacaba tanto por su flexibilidad como por la precisión de sus movimientos. No es extraño, pues, que cuando los responsables de la serie James Bond decidieron actualizarla colocando junto a Pierce Brosnan a una chica Bond que pudiera igualar (en este caso, superar) las proezas físicas del agente 007, la eligieran a ella para protagonizar El mañana nunca muere (Roger Spottiswoode, 1997), su agridulce estreno en el cine de Hollywood, a la cual siguió el inesperado éxito de Tigre y dragón, una actualización del tradicional género wuxia rodado íntegramente en mandarín.
Hay algo de todas estas múltiples vidas, de todas estas diversas identidades de Michelle Yeoh (que en realidad se llama Yeoh Choo Kheng y que en sus primeros films se hacía llamar Michelle Khan), diseminadas por el multiverso, presentes en el personaje de Evelyn de Todo a la vez en todas partes, un film que está construido alrededor del poder estelar de la actriz, alrededor de sus capacidades físicas e interpretativas. Solo Michelle Yeoh puede conseguir que parezca plausible, en un film que apuesta firmemente por la implausibilidad, que una madre y esposa de mediana edad, de origen chino y propietaria de una lavandería se convierta en una superheroína capaz de rescatarnos a todos de este caos sin sentido que es nuestra existencia.