Castillos

La mitad de los catalanes ven a los castells como una actividad peligrosa o incluso muy peligrosa

Una encuesta del CEO analiza la percepción de la población por los castillos

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La anxeneta de los Borinots de Sants haciendo coronando uno de los castillos que han cargado en Vilafranca.

El mundo casteller está totalmente arraigado entre la población: prácticamente el 97% de los catalanes saben de la existencia de la tradición. Así se desprende de la última encuesta del Centro de Estudios de Opinión (CEO), en la que se incluyeron preguntas sobre el hecho casteller a petición del Centro de Prospectiva y Análisis de los Castells (Cepac), tal y como ya se hizo en en 2007. También se desprende que el 91,8% de los encuestados tienen una opinión positiva o muy positiva de los castells, pero al mismo tiempo un 47,9% los considera una actividad peligrosa o muy peligrosa. Se ve menos peligrosa que pilotar una motocicleta o practicar submarinismo, pero más peligrosa que esquiar o ir en BTT.

El miembro del Cepac Francesc Valls apunta que en estas respuestas "hay una parte racional" que es que incluso la gente que tiene opinión positiva también cree que es peligroso. Añade que los que menos conocen los castells o no los valoran bien tienen más percepción de peligrosidad. Sin embargo, también reconoce que en esta percepción influyen otros factores como "temas de proximidad con los castells y si te los sientes como algo más cercano o no".

El perfil socioeconómico y político

La encuesta también identifica el perfil socioeconómico y político de los que más conocen los castells. Quienes tienen un conocimiento moderado o alto y una opinión más positiva son personas con trabajo, con estudios universitarios, profesiones cualificadas e ingresos medios-altos. Asimismo, este grupo también se sitúa en un eje político más a la izquierda y con un componente más catalanista que los que tienen un menor conocimiento.

Estos resultados podrían llegar a hacer pensar que el interés por los castells se concentra en un sector de la población y que no llegan a ser del todo inclusivos, algo que Valls deniega. Así, expone que "los datos apuntan a que hay partes de población que no tienen interés por los castells", y cree que esto puede ser por desconocimiento. Asimismo, también cree que hay gente que se puede sentir alejada de los castellers, "posiblemente porque les vinculan mucho a la cultura catalana ya ese perfil político más de izquierdas". Sin embargo, insiste en que los castells son "superinclusivos" y que "en clases medias los castells forman una parte muy importante de las vidas de mucha gente". También apunta que el sacrificio de horas en ensayos y actuaciones para participar de los castells puede ser más asumible para clases medias con buenos trabajos, por delante de la población con una situación más precaria.

¿Qué ha cambiado desde 2007?

Estas preguntas ya se realizaron en 2007, en el mismo estudio, y la mayor parte de las respuestas se mantienen en la misma línea que hace 17 años. Sí destaca que existe un 87% de la población –un 19% más– que ha visto alguna actuación castellera en vivo. "En estos años han crecido mucho el número de grupos y las diadas, es más fácil encontrártelos por la calle", explica Valls.

Los Niños de Valls, los más conocidos

Preguntados sobre si conocen el nombre de algún grupo, la respuesta más dada es los "Niquets de Valls" en un 15%, aunque no se refiere concretamente a ninguna de las dos pandillas vallencas. Así, las primeras colles que aparecen son los Minyons de Terrassa (5,9%), los Castellers de Vilafranca (5,3%) y, ahora sí, la Joves de Valls (2,7%) y la Colla Vella (2 ,6%). De esta lista, seguramente la sorpresa es que la Joven de Tarragona no aparece hasta la 19ª posición.

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