MySpace, la red social musical que ha perdido la voz
A raíz de la aparición de competidores como Facebook, la red no supo evolucionar y ahora ocupa un espacio residual en el mundo de internet
Es posible que nunca hayas oído hablar de Brad Greenspan, pero a finales de la década de 1990 era el Mark Zuckerberg del momento. De hecho, si eres una de las personas que, hace casi veinte años, navegabas por MySpace, fuiste cliente de su empresa. En 1998, en una época en la que los inversores y empresarios ya veían internet como la gallina de los huevos de oro, Greenspan fundó eUniverse, una compañía de marketing especializada en crear contenidos de entretenimiento en el entorno digital. Poco a poco, la empresa fue fundando o comprando dominios en internet: Skilijam.com para los amantes de los juegos online; CupidJunction.com para quien buscaba pareja; JustSayWow.com para enviar animaciones humorísticas por correo electrónico; Flowgo.com para descargar tarjetas de felicitación... Hoy pueden parecer poco atractivos, pero a principios de los 2000 estas páginas movían audiencias millonarias, que podían acercarse a los 20 millones de usuarios al mes en Estados Unidos. De hecho, algunas de sus páginas, como Flowgo.com y Skilijam.com, llegaron al número 1 de páginas más visitadas en EE.UU., según la consultora Nielsen.
Las audiencias de los portales enseguida atrajeron a empresas de todo tipo que querían anunciarse y la facturación de eUniverse se disparó. De los 1,8 millones de dólares que ingresó en el 2000 pasó a los 65,7 en el 2003. Sin embargo, el gran éxito mundial de la compañía estaba por llegar. En marzo del 2003, Jonathan Abrams, un ingeniero canadiense, había creado Friendster, una de las primeras redes sociales de la historia, y los trabajadores de eUniverse se fijaron en ella. Friendster tuvo un gran éxito y captó a 3 millones de usuarios en los primeros meses. Fue en ese momento cuando eUniverse decidió entrar en el nuevo mundo de las redes sociales.
Por eso crearon MySpace, una red social centrada en el mundo de la música, en la que artistas y grupos emergentes podían darse a conocer e interactuar con la comunidad que les seguía. "Aportaba muchas novedades al mercado de las redes sociales -que apenas se configuraba- y enseguida contó con un número muy grande de usuarios", contextualiza Frederic Guerrero-Solé, investigador en redes sociales de la UPF. Dos años más tarde recibía ya 16 millones de usuarios mensuales y estaba plenamente consolidada. Fue entonces cuando News Corporation, del magnate de la comunicación Rupert Murdoch, sacó el talonario y compró MySpace por 580 millones de dólares, en una de las mayores operaciones financieras jamás vistas en la historia de internet.
Bajo la gestión de Murdoch, la red social eclosionó. En 2006 alcanzó los 100 millones de cuentas y se internacionalizó. En España llegó en junio del 2007. Pero al cabo de un año la cosa se desinfló. "Había nacido Facebook, con un crecimiento espectacular, y MySpace no supo mantener un buen ritmo de innovación", recuerda Guerrero-Solé. Hoy, después de pasar por unas cuantas manos, sigue existiendo, "pero se ha convertido en un espacio residual", certifica.