Una "OTAN amazónica" contra los crímenes medioambientales y la deforestación
La cumbre de la Amazonia espera cerrar un acuerdo histórico para acabar con la deforestación en el 2030
BarcelonaEn el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, las tribus amazónicas esperan poder tener una victoria real por celebrar. La IV cumbre de la Organización del Tratado de Cooperación del Amazonas (OTCA), que reúne desde ayer a los líderes de los ocho estados que forman parte del bioma amazónico en la ciudad brasileña de Belém, espera poder cerrar un acuerdo histórico por detener la deforestación en la Amazonia en 2030. Terminar con la minería ilegal de oro y dotarse de mecanismos de cooperación policial transfronteriza contra los crímenes medioambientales son otros de los logros que podría incluir la llamada Declaración de Belém.
El nuevo presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, llega con los deberes hechos a medias. Por un lado, los nuevos datos de julio indican que la deforestación se ha reducido respecto a julio anterior, de forma que se ha detenido la devastación de los cuatro años de Bolsonaro. Pero por otro lado, Lula no descarta todavía del todo algunos megaproyectos de explotación petrolera en la Amazonia, algo que ha generado tensión dentro de su propio gobierno. El propio presidente de Colombia, Gustavo Petró, ha interpelado a Lula durante las primeras horas de la cumbre, este martes en Belém: "¿Permitiremos explorar hidrocarburos en la selva amazónica? ¿Existe la riqueza o la muerte de la humanidad? Es una decisión que deberíamos tomar en común".
El liderazgo de los gobiernos progresistas de Brasil y de Colombia se espera que dé empuje a los compromisos de esta cumbre, en la que participan también los presidentes de Bolivia, Perú y Guyana, mientras que Ecuador, Surinam y Venezuela han enviado a otros altos representantes. El venezolano Nicolás Maduro, de hecho, esperaba que asistiera, pero anunció a última hora que no iría por una afección grave en el oído. También están presentes representantes de hasta 140 organizaciones indígenas de Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
Un tribunal internacional medioambiental
En el primer día de la cumbre, Petró ha propuesto crear una especie de "OTAN amazónica" para luchar contra los crímenes medioambientales, que a menudo derivan también en crímenes contra las poblaciones indígenas. "Si el motor de la Amazonia es cada vez más ilegal y representa un crimen contra la humanidad, ¿cómo defenderemos la vida? Con razones, pero también con armas", dijo. En esa misma línea, también ha propuesto crear un tribunal internacional medioambiental para juzgar estos crímenes cometidos en la Amazonia. Sobre el objetivo de deforestación cero en 2030, ha remarcado que "ya no es suficiente" porque es necesario "descarbonizar" y absorber emisiones de CO₂. "La solución está en dejar el petróleo, el carbón y el gas", recalcó.
La última vez que se reunió la OTCA fue en 2009. Lula se comprometió durante la campaña electoral del año pasado en convocarla, en el marco de su intento de marcar distancias con su predecesor, Jair Bolsonaro. "Debataremos y promoveremos una nueva visión del desarrollo sostenible e inclusivo en la región", ha dicho Lula este martes, en la inauguración de la cumbre.
En la víspera del encuentro, el lunes por la noche, se hizo público en el Teatro da Paz de Belém el nuevo censo de poblaciones indígenas. Según los nuevos datos, Brasil tiene 1,69 millones de indígenas, casi el doble de los que reconocía el último censo de 2010, que eran 896.917. Funcionarios del gobierno y expertos explicaban que el aumento del 88% se debe a los cambios de metodología de los equipos de censo que viajaron a pueblos remotos de la selva amazónica para contar la población indígena por primera vez.