Fútbol

Las pioneras del fútbol femenino en España: disfraces, bombachos y espíritu de superación

El camino que lleva a la final del Mundial se inició en 1914 en Barcelona, ​​con el primer partido documentado entre mujeres en el Estado

BarcelonaFue un 4 de junio de 1914 en Barcelona. La prensa de la época, con redactores con corbatines, pantalones y bigotes, trató ese partido con desprecio y paternalismo. "El partido de las niñas futbolísticas", se podía leer en Mundo Deportivo. "La impresión general producida por el partido es que el sexo femenino no permite las características rápidas que exige el juego", se leía en El Diluvio. Pero ese 4 de junio de 1914 se jugó el primer partido de fútbol femenino documentado en Cataluña y seguramente en el Estado. ¿Es posible que antes se hubieran jugado otros partidos? Sí, es más que posible. Hace más de un siglo se llamó el primer gol. Ahora el fútbol femenino estatal está a un paso de ganar el Mundial y, como en 1914, Cataluña juega un papel central.

A la espera de si aparece algún nuevo documento, el primer partido de la historia de fútbol femenino, tal y como han documentado los especialistas del Centro de Investigaciones de Historia y Estadística del Fútbol Español (CIHEFE), fue este partido jugado al conocido como Campo de las Habas, uno de los primeros campos para la práctica del fútbol de la ciudad de Barcelona, situado entre las calles Muntaner, Industria (actual París), Casanova y Coello (actual Londres) , junto al Hospital Clínic. El partido enfrentaba a dos equipos bautizados como Montserrat y Giralda, en honor del macizo donde se venera la Moreneta y del campanario de la catedral de Sevilla. Dos equipos improvisados dentro de un club llamado Spanish Girl's, en inglés, el primer equipo femenino español de la historia. Las jugadoras se entrenaron unos 45 días para preparar ese partido con finesbenéficos a favor de la Federación Femenina contra la Tuberculosis.

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El poco apoyo de las autoridades, el desprecio de buena parte del periodismo de la época y la llegada, con el tiempo, del franquismo provocaron que estas primeras aventuras futbolísticas de mujeres españolas fueran olvidadas. Poco se conoce de las jugadoras delSpanish Girl's, aunque se conservan sus nombres. La mayor parte abandonaron el deporte rápidamente, se casaron e hicieron de amas de casa. Sí se conoce mucho de la vida de su entrenador, el popular Paco Bru, un catalán nacido casualmente en Madrid por motivos laborales de sus padres que fue una figura clave en el fútbol estatal. Jugador de varios equipos, uno de ellos el Barça, fue periodista, árbitro y entrenador y participó en el primer mundial de la historia, en 1930, dirigiendo Perú. Un auténtico viajero que acabó sus días en Málaga después de haber dirigido al Madrid y de haber ayudado en el nacimiento del primer equipo femenino. Bruno afirmaba que sólo era necesario un poco de preparación para mejorar el nivel de un fútbol que inicialmente fue muy criticado, ya que se afirmaba que era poco femenino y con poco nivel. Nada nuevo. Bru, por cierto, hizo de árbitro en ese primer partido: pitó un penalti en la primera parte a favor del Montserrat que significó el primer gol. En la segunda parte, el Giralda levantó el partido con dos goles, se impuso y recibió una ovación del público y las autoridades, entre ellas el capitán general del ejército, César Víctor Augusto del Villar y Villate, que fue hacer acto de presencia con su hija.

Algunas crónicas de la época, como la del diario El Pueblo Catalán, fueron positivas con el juego y hablaron de "jugadoras magníficas" y de un "partido bonito". El Mundo Deportivo, en cambio, hablaba de un espectáculo que obligaba a "las descendientes de la madre Eva a adoptar posiciones poco adecuadas y poco estéticas, que eliminan su gracia femenina". De aquel primer partido de junio de 1914 sabemos que las jugadoras llevaban un pantalón bombacho, con calcetines altos hasta la rodilla. Muchas llevaban gorras, aunque la mayoría llevaban el pelo bastante corto, por debajo de la nuca. Buena parte de la sociedad se escandaliza. El partido parecía haber sido olvidado hasta hace poco. ¿Pero realmente fracasaron?

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No, parece que no. A pesar de los comentarios críticos, mucha gente se interesó. Y Paco Bru aparece en revistas de la época defendiéndolas, diciendo que la gente no debía esperar a mujeres elegantes, que debían esperar "deportistas". Mujeres que querían jugar al fútbol, nada más. Significativo, puesto que muchos espectadores iban a los partidos como quien va a ver un espectáculo, cuando ellas querían jugar al fútbol. Las jugadoras empezaron a recibir propuestas para organizar partidos en ciudades como Sabadell, Tarragona, Reus, Mataró y Valencia, donde cada vez reunían más espectadores y mejores críticas. En Sabadell salieron ovacionadas, por ejemplo. Las jugadoras fueron ganando experiencia, siempre enfrentándose entre sí con los equipos Montserrat y Giralda. De hecho, les llegaron propuestas para ir a jugar al extranjero, donde había equipos similares. Pero justo entonces empezó la Primera Guerra Mundial. Y la tournée europea se canceló. El equipo nunca jugó más.

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Curiosamente, si la guerra detuvo el fútbol femenino en España, en Inglaterra, la selección rival en la final del Mundial, lo potenció. Con los hombres luchando en el frente durante la Primera Guerra Mundial, las mujeres se incorporaron a las cadenas de montaje de las fábricas. Y algunas jugaban a fútbol en los ratos libres para distraerse. El Dick, Kerr's Ladies nació cuando los gerentes de la fábrica de armamento de ese nombre se dieron cuenta del nivel futbolístico que tenían sus trabajadoras y crearon un equipo que llenó estadios y que se ganó una fama que duró incluso cuando se reanudó la liga masculina. Los equipos femeninos llegaron a llenar estadios con más de 40.000 espectadores. Tenían tanto éxito que la Federación Inglesa de Fútbol, asustada por la posibilidad de perder el monopolio del fútbol, dictó una norma que prohibía a los clubs masculinos ceder el estadio al fútbol femenino si querían jugar en Primera División. Las mujeres fueron expulsadas de los grandes estadios y su memoria fue silenciada. La prohibición de jugar en los estadios de equipos masculinos duró casi 50 años, hasta 1971.

Referentes en una época sin equipos femeninos

Tras la Primera Guerra Mundial, el fútbol femenino regresó a Barcelona en 1923 con la disputa de dos partidos internacionales amistosos Francia-Inglaterra organizados por el Sindicato de Periodistas en beneficio de las Casas Baratas para periodistas. Fue una época en la que las mujeres que querían jugar lo hicieron en equipos de hombres. Hay dos casos muy significativos, los de la gallega Irene González Basant y la andaluza Ana Carmona Ruiz, Nita. El periodista Jesús Hurtado recuperó la historia de Nita, hija de un estibador del puerto de Málaga, que miraba a los partidos de los hombres y quería formar parte. Así que, con la ayuda de un cura al que confió sus sueños, el padre salesiano Francisco Míguez Hernández, pudo jugar en el Sporting de Málaga jugando disfrazada. Se vendaba los senos para disimularlos y jugaba con ropa ancha. Luego defendió los colores del Vélez CF, donde se ganó el apodo de Veleta por su forma de jugar. Según Jesús Hurtado, que recuperó su historia, llegó a sufrir arresto domiciliario al conocerse que era una mujer. Murió a los 32 años, de tifus.

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A diferencia de Nita, Irene no escondía que era una mujer. En partidos de barriada en A Coruña empezó a hacer de las suyas. Si los chicos no la querían, se hacía respetar. Irene admiraba al portero catalán Ricardo Zamora y acabó bajo los palos, donde empezó a destacar con sus paros. Destacaba tanto que los equipos de hombres querían que jugara con ellos. Su fama fue tal en los años 20 que acabó fundando un equipo, bautizado con su nombre, Irene FC, donde ella era la portera y el resto de jugadores hombres. Una fotografía la recuerda orgullosa, en la portería, lista para detener los disparos. Irene murió de tuberculosis en 1928 con apenas 19 años.

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Con la llegada del franquismo, el fútbol femenino desapareció. Hasta los años 60 no se empezaron a formar en Madrid y Barcelona los primeros clubs, de forma ilegal, que jugaban partidos sin permiso y que fueron cambiando las cosas. Hasta que se permitió el primer partido de la selección española en 1971 en Murcia ante Portugal (3-3). Ya antes, en 1967, el Camp Nou había visto el primer partido de fútbol femenino en sus instalaciones, partidos amistosos que se repitieron en 1969 y 1970.