¿Es posible superar a Madrid en PIB?
El nuevo Gobierno catalán se ha marcado como objetivo volver a ser la primera economía de Españaa, lo que significa volver a superar en PIB a la Comunidad de Madrid, que desde 2019 lidera este ranking y año tras año ensancha su ventaja respecto a Cataluña y el resto de comunidades autónomas. Por si ese objetivo de por si no fuera suficientemente ambicioso, el ejecutivo de Salvador Illa se propone hacerlo con un modelo económico y social completamente opuesto al del Madrid de Ayuso, es decir, poniendo en el centro "el bienestar de la ciudadanía" y rechazando las rebajas fiscales que tanto complacen en el PP madrileño. Así se volvió a repetir este viernes en la presentación del plan de gobierno para los próximos cuatro años. Ante este anuncio es pertinente preguntarse si es posible hacer el sorpasso en Madrid y qué debería ocurrir para que sucediera.
De entrada hay que situar cuál es la situación de partida. Los datos de 2023 indican que Madrid supone el 19,6% de la economía española mientras que Cataluña es el 18,8%. Porque nos hacemos una idea de la evolución, en 2000 Madrid era el 17,5% y Cataluña el 18,9%. O sea, que mientras Madrid creció más de dos puntos, Catalunya se mantuvo más o menos igual desde hace más de medio siglo. Esto lo que nos indica es que Madrid concentra cada vez más actividad económica, pero no crece precisamente a expensas de Catalunya, que resiste su efecto aspiradora mejor que, por ejemplo, Euskadi.
Así pues, para que Catalunya volviera a superar a Madrid deberían pasar muchas cosas. Por ejemplo que Cataluña empezara a crecer mucho más que el resto del Estado (y más que Madrid) o bien que se detuviera este proceso de concentración de actividad económica en la capital del Estado. Esto segundo es más que improbable, porque no es un hecho que venga de ayer, sino que responde a un proceso que arranca seguramente en los años 50, cuando Madrid da el salto de escalera absorbiendo los municipios de su alrededor y multiplicando por 10 la su superficie, y que se aceleró en los años 80 y 90 cuando el Estado privatiza los monopolios públicos, moderniza las infraestructuras madrileñas y se impone un esquema radial según el cual todo, por ejemplo las líneas de AVE, debe pasar por la capital.
Es cierto que durante estos años Cataluña también ha modernizado su estructura económica y ha convertido a Barcelona en una ciudad de referencia mundial, pero se ha perdido peso industrial y se ha apostado por un modelo terciario que ha hecho que la diferencia con Madrid, no sólo en PIB, sino sobre todo en renta per cápita, sea cada vez mayor. Y tampoco es cierto que Cataluña, con el déficit en financiación y en infraestructuras crónico que sufre, pueda competir en igualdad de condiciones con un Madrid que, haciendo un símil con el deporte, está muy dopado por el Estado. La primera condición para que el sorpasso sea posible, pues, es hacer políticas públicas que aseguren que la competición sea justa, y esto significa inversión, infraestructuras, menos burocracia y colaboración público-privada que ayuden a crear una economía de alta calidad y basada en el conocimiento, que no es precisamente lo que tienen en Madrid.