Las 'preferentes' de Triodos alargan la debacle

BarcelonaClientes y expertos habían avisado de que las preferentes de Triodos perderían el valor cuando se reabriera el mercado y el tiempo les ha dado la razón. Tras cuarenta meses de espera, el controvertido producto, que valía 84 euros en marzo del 2020 y que no pudo venderse durante más de tres años, ha perdido en solo dos semanas el 65% de su valor.

Es la consecuencia de la reapertura del mercado de los certificados de depósitos para acciones (CDA) del banco ético de origen neerlandés. Si en las primeras subastas organizadas por Triodos se había comprado por 50 euros, en la segunda semana ya se vendía por 40 y este miércoles por 30 euros. La caída es imponente. El banco captó 1.200 millones de euros de ahorro de 46.500 clientes de toda Europa. De estos, 7.000 están en España, mayoritariamente en Cataluña.

Para poner cifras al descalabro: la inversión media en este producto –que Triodos comercializaba asegurando que era seguro y no especulativo– era de 25.806 euros. Cualquier ahorrador que tuviera esa cantidad invertida en el producto se encuentra ahora que esta ha pasado a tan solo 9.216. Para empeorar las cosas, no parece que la dinámica tenga que cambiar: el sistema de subastas organizado por Triodos se basa en casar la oferta de vendedores con la de compradores y no es nada probable que un comprador suba el precio que ofrece en las próximas citas (el miércoles, 26 de julio, habrá una nueva ocasión de comprar y vender las llamadas preferentes de Triodos).

Mar Villanueva, portavoz de la Plataforma de Afectados por los CDA, ha explicado a ARA que "las peores previsiones se confirman". Al bajo precio se le suma una "liquidez limitadísima porque no hay órdenes de venta". De acuerdo con la situación, Villanueva pronostica que se va a producir una nueva ola de demandas contra el banco, una vía que ve como "la única para recuperar los ahorros".

Hasta ahora ha habido cientos de demandas, la mayoría en Cataluña, y con la misma cantidad de sentencias favorables a los clientes y al banco. Sin embargo, todavía no se ha manifestado sobre la cuestión ninguna audiencia provincial ni tampoco el Tribunal Supremo, lo que impide pronosticar cómo evolucionará la cuestión en los próximos meses en el ámbito judicial.

El sistema de subastas que se puso en marcha el 5 de julio es la solución que ha presentado el banco para intentar que sus clientes recuperen parte de la inversión. Los testimonios entrevistados por ARA en los últimos meses mostraban su indignación por la situación debido a que la entidad se presenta como una banca ética y porque en el momento en que les ofrecieron el producto (que había llegado a tener rentabilidades del 5%) les aseguraron que en cualquier momento podrían recuperar el dinero. La promesa se rompió en marzo del 2020, cuando el banco cerró el mercado interno para evitar perder unos fondos que le servían para reforzar su posición de capital.