Cárceles

La prisión más antigua de Cataluña cumple 40 años mientras se prepara para su traslado

El Gobierno prevé licitar en 2024 las obras del nuevo centro penitenciario de mujeres en la Zona Franca, que debe sustituir a Wad-Ras

M. R.
y M. R.

BarcelonaEl edificio que construyeron en 1915 los arquitectos Enric y Josep M. Sagnier en el corazón del actual barrio de Poblenou acogió durante décadas un centro de menores. Pero desde 1983 es ​​la única cárcel exclusivamente para mujeres (con un centro para madres presas y sus hijos de hasta tres años) que existe en Cataluña. Wad-Ras, que desde el cierre de La Model en 2017 ostenta el título de la prisión más antigua de Catalunya, cumple este año 40 años. Ser la más veterana implica también convivir con unas instalaciones pequeñas y cada vez más obsoletas.

Desde hace años el Gobierno tiene la intención de construir un nuevo centro penitenciario en la Zona Franca que debe acoger a las mujeres internas de Wad -Raso, pero el proyecto se había ido atascando hasta ahora por múltiples motivos. La consejera de Justicia, Gemma Ubasart, ha anunciado este jueves –coincidiendo con los actos de aniversario del centro– que el Govern tiene previsto pujar el próximo año las obras de la futura cárcel.

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El primer paso será la aprobación el próximo martes del programa de encargos de actuaciones (PEA) de la futura prisión de mujeres, que implica reservar 90 millones de euros para la construcción del nuevo centro, que tendrá capacidad para 500 internas y se construirá "con visión de género", según la conselleria. La intención del departamento dirigido por Ubasart es que la nueva prisión esté operativa en 2029, tres años más tarde de lo previsto.

Actualmente, la secretaría de Medidas Penales, Reinserción y Atención a la Víctima está preparando el proyecto funcional del futuro Centro Penitenciario de Mujeres de Barcelona, ​​que se ubicará en un solar ya decidido desde hace años en la Zona Franca. El nuevo equipamiento, con 50.000 metros cuadrados, cuadriplicará la actual superficie de Wad-Ras. Contará con espacios pensados ​​específicamente para las madres y los menores que vivan en el centro, así como espacios de visita y de espera. También incorporará espacios verdes al aire libre, huertos terapéuticos, un sistema de reciclaje y la entrada de luz natural en el interior de las instalaciones, así como sistemas de seguridad menos invasivos.

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En Wad-Ras actualmente hay internas 215 mujeres. La mitad están encarceladas preventivamente a la espera de juicio y la otra mitad cumplen condena en distintos regímenes. De éstas, siete conviven en el único departamento de madres que hay en toda Catalunya, con 8 hijos menores de tres años. Por otra parte, funciona como centro abierto para otros 384 reclusos (hombres y mujeres). El centro también dispone de una guardería con una educadora y una auxiliar (una interna de régimen abierto) para los niños que son muy pequeños o que todavía no han sido inscritos en la guardería del barrio. La plantilla es de 237 profesionales, entre ellos psicólogos, educadores, trabajadores sociales, técnicos artísticos y deportivos, formadores, docentes, médicos, enfermeras y técnicos especialistas en servicios penitenciarios. Más de 150 voluntarios realizan diferentes actividades en el centro.

Las mujeres, las grandes olvidadas

Las mujeres reclusas (463) suponen sólo un 6,2% de la población penitenciaria total de Cataluña, en un sistema eminentemente masculino. Aunque cada vez hay internas más jóvenes, el perfil medio es el de una mujer de 42 años, de nacionalidad española y que pasa unos cinco años entre rejas por robo o tráfico de drogas. Dos de cada tres internas son víctimas de violencia machista; seis de cada diez presentan problemas de salud mental, y ocho de cada diez son madres. Un 20% de las condenadas reinciden, un porcentaje similar al de los varones presos, que se sitúa en el 21,2%.