El problema de la delincuencia en Barcelona
Poco a poco Barcelona ha recuperado sus índices de actividad antes de la pandemia, también en el campo de la delincuencia. Sin embargo, según los datos del 2023, el total de delitos denunciados en la capital catalana todavía es un 7% inferior al del 2019. Sin embargo, la cifra global, 210.000, sigue siendo preocupante y obliga a las autoridades a fijarse como objetivo prioritario la lucha contra la delincuencia en una ciudad con tanta proyección turística como Barcelona. Sin embargo, un análisis de los datos más esmerado permite hacerse una idea más aproximada de cómo es esta delincuencia y, sobre todo, cómo está evolucionando.
Respecto a los años anteriores, lo que tenemos es un aumento considerable de los delitos relacionados con la droga (contra la salud pública), las agresiones sexuales y las estafas. En cambio, existe una bajada notable de los hurtos, de un 21%, lo que demuestra que los planes específicos contra los ladrones reincidentes, que provocan una alarma social especial, están funcionando en alguna medida. Sin embargo, cabe subrayar que los hurtos representan prácticamente la mitad del total de delitos, lo que significa que sigue siendo de largo el principal problema. El aumento de las estafas, sobre todo online, es una tendencia global de la que no se escapa Catalunya, al igual que el aumento de las denuncias por agresiones sexuales, aunque los expertos policiales creen que es porque las mujeres tienen ahora menos miedo a denunciar y, por tanto, afloran más casos.
Por lo demás, la radiografía que hoy ofrecemos en el ARA de la delincuencia en Barcelona demuestra que donde sí hay un problema grande es con la droga, un fenómeno que provoca numerosos problemas sociales y actúa como un potenciador de delincuencia . Curiosamente, los delitos relacionados con la droga han bajado en Ciutat Vella, el distrito donde más se cometen, y en Nou Barris, y han subido notablemente al Eixample, Sants y Sant Martí. Es evidente que la presión policial contra los narcopises del Raval ha desviado parte del problema hacia otras zonas, pero no ha conseguido borrar el problema. , sólo 64, frente a los 451 de Ciutat Vella. Después vendría Sarrià, con 72, y empatados en 77, Gràcia y Sant Andreu. Lo que nos dice este mapa de calor es que la delincuencia se concentra básicamente en el centro de la ciudad y en el Eixample y que, por tanto, es aquí donde hay que concentrar los esfuerzos, hasta convertir Ciutat Vella en un lugar seguro y con unas estadísticas, si no iguales, al menos no tan lejanas a las del resto de distritos.