Pruebas coches

Prueba del Audi A5 Cabrio: una de las últimas oportunidades de disfrutar a cielo abierto

El segmento de los descapotables cada vez tiene menos integrantes, por eso el Audi A5 Cabrio de esta prueba puede convertirse en toda una 'rara ancianos' en pocos años

Resulta bastante curioso analizar la evolución que ha tenido el mercado automovilístico en los últimos años para darse cuenta de que actualmente estamos en una época muy diferente a la que vivíamos hace 15 o 20 años. Y es que los coches de la década del 2000 al 2010 poco o nada tienen que ver con los que tenemos hoy en el mercado, y no sólo me estoy refiriendo al tipo de motorizaciones (en ese momento apenas había llegado la electrificación) sino en las carrocerías y en los tipos de vehículos en sí mismos.

Pensemos, por ejemplo, en una marca como Renault. El catálogo del fabricante francés del año 2005 incluía modelos clásicos como el Clio, el Scénic, el Laguna, el Espace o la furgoneta Kangoo, pero también vehículos realmente curiosos como el pequeño monovolumen Modus, la berlina de representación Vel Satis o el experimento Avantime. Y si nos centramos en su modelo más exitoso, el Mégane estaba disponible con carrocería de tres o cinco puertas, en versión familiar, sedán e incluso descapotable. Ahora miramos el catálogo de Renault del 2024: el Clio de momento se mantiene, pero todos los experimentos han desaparecido, el Mégane es un SUV eléctrico y casi todo el resto de modelos (Arkana, Rafale, Espace, Austral, Captur o Symbioz) también son SUV.

Pues bien, este proceso es el mismo que han experimentado casi todas las marcas, por lo que resulta muy complicado encontrar fabricantes que aún conserven, en mayor o menor medida, los mismos modelos que hace dos décadas. Y si entre las marcas que mejor les han mantenido encontramos las tres alemanas premium, la que mejor lo ha hecho ha sido, sin duda, Audi. Vale, la marca de los cuatro anillos también tiene un buen puñado de SUV en su catálogo y en muchos casos ya sólo disponen de motores eléctricos, pero si miramos la gama seguimos viendo modelos como los A3, A4, A5 o incluso berlinas superiores.

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Sea como fuere, a nadie se le escapa que incluso estas marcas han perdido algunos modelos que se salían de la norma, como por ejemplo el Audi A3 Cabrio o más recientemente los Audi TT y R8. De ahí que la prueba del Audi A5 Cabrio de hoy tenga un cierto regusto de despedida, porque se trata de una carrocería cada vez menos habitual en el mercado y que está en serio peligro de extinción.

Diseño exterior

Qué época, la de los descapotables. Tiempo en el que podíamos ver por las calles modelos como los Peugeot 206 o 307 CC, los Ford Focus y Opel Astra Cabrio, el Volkswagen EOS, los Nissan Micra o Mitsubishi Colt descapotables y, evidentemente, también modelos como los Mercedes-Benz SLK, Clase C , E y CL descapotables, los BMW Serie 2, 4 o 6 Cabrio y los Audi A3, A5, TT y R8 descapotables. Hoy hablamos precisamente de estos últimos: el A3 ya no se vende con esta carrocería, los TT y R8 forman parte del listado de vehículos que dejan de fabricarse este año 2024 y Audi sólo conserva en el catálogo de descapotables el Audi A5 Cabrio.

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Precisamente por este motivo es tan especial la prueba de hoy, porque estamos ante un coche aparentemente muy normal y en cierto modo incluso relativamente discreto, pero que en el fondo es el último tren que pasa por la estación de coches sin techo de Audi. Y todo el mundo que quiera subir a este tren debe hacerlo ya, porque quizás no tiene ninguna oportunidad más. A cambio se llevará un coche que en líneas generales resulta elegante e incluso práctico, o al menos tan práctico como un vehículo así.

El Audi A5 actual, a pesar de ser la segunda generación del modelo, se percibe más bien como una evolución estética y tecnológica del modelo que fue presentado en 2007 y que destacaba por su diseño y calidad. Un coche inicialmente concebido como cupé que luce un diseño muy equilibrado y sencillo, pero que a su vez es plenamente efectivo. Cuidado, no es un coche pequeño: las versiones cupé y Cabrio tienen una longitud de 4,69 metros, mientras que el modelo Sportback crece hasta los 4,75. Pero precisamente este hecho le otorga un elegante aura de coche que pocos otros modelos pueden imitar.

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Nuestra unidad de pruebas está pintada en un discreto color blanco que combina a la perfección con las inserciones cromadas que vemos en la parrilla frontal y con los detalles en color aluminio pulido de las entradas de aire del parachoques delantero, del marco del cristal delantero o de las molduras decorativas del parachoques trasero. Además, la capota de lona de color rojo aporta un contraste cromático realmente atractivo. Todo ello combinado con unas llantas de 20 pulgadas que esconden unas pinzas de freno en color rojo y con el paquete estético deportivo S-Line, que en un modelo de estas características es casi obligatorio.

Diseño interior

Una de las principales características de los coches descapotables es que en cierto modo el diseño exterior y el interior se fusionan. O si lo preferimos, es importante tener presente la combinación cromática del exterior para escoger la del interior, porque al circular con la capota plegada exterior e interior forman un único conjunto. Precisamente por este motivo, Audi ha elegido una tapicería de color gris para la unidad de pruebas, que combina a la perfección con el color exterior y con los numerosos detalles en color negro piano repartidos por el habitáculo. Un material que, como digo siempre, no es agradecido porque atrae el polvo, la suciedad y los arañazos, pero que al menos es elegante.

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En líneas generales el habitáculo de este Audi A5 es uno de los mejores ejemplos de cómo combinar la digitalización con los mandos analógicos. Vale, la instrumentación digital ya tiene varios años y no ofrece tantas posibilidades de personalización como la de otras marcas, y la pantalla central no está muy bien integrada (parece como si hubieran diseñado el interior y después se hubieran dado cuenta que faltaba por poner la pantalla), pero todo está al alcance de la mano, la calidad de los materiales es elevada, el tacto de los botones de la climatización se siente realmente premium y existen botones físicos para controlar muchísimas funciones.

El espacio en las plazas traseras es correcto y dos adultos podrán viajar sin demasiadas complicaciones, pero hay que tener presente que cuando circulamos con la capota abierta y cuatro ocupantes a velocidades elevadas entra mucho aire en el habitáculo, especialmente en los asientos traseros . Eso sí, si sólo utilizamos los asientos de piloto y copiloto podemos instalar fácilmente un derivaviento que inutiliza las dos plazas traseras, pero a cambio elimina las turbulencias. Por último conviene destacar que la capacidad del maletero es de 370 litros, poco si tenemos en cuenta que estamos delante de un coche de 4,7 metros pero lo suficiente si pensamos en el tipo de vehículo que es. Y es que la capota debe guardarse en algún lugar cuando queremos circular a cielo abierto...

Motor

Bajo el capó del Audi A5 Cabrio podemos equipar motores diesel y gasolina con varios niveles de potencia, pero para esta prueba hemos escogido la que tal vez sea la opción más equilibrada para un vehículo de estas características: el propulsor 40 TFSI de la marca alemana. A pesar de que el nombre pueda llevar a confusión, en el fondo se trata del famoso 2.0 turbo del Grupo VAG, con una potencia de 204 CV, un par de 320 Nm y una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,5 segundos.

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No se trata de un motor que convierta este Audi A5 Cabrio en un vehículo rapidísimo, pero en el fondo tampoco lo pide. Más bien lo que mejor casa con este vehículo es un propulsor suave pero a la vez contundente, con el que poder mantener el crucero que queramos pero al mismo tiempo registrar unos consumos contenidos. Pues dicho y hecho, durante la prueba pudimos registrar un consumo de unos 8 litros, que por un vehículo de 4,7 metros de longitud y 1.745 kilos de peso no está mal. Eso sí, los datos oficiales engañan un poco, puesto que gracias a la microhibridación este A5 Cabrio 40 TFSI homologa un gasto de 7,1 litros cada 100 km y obtiene la etiqueta ECO de la DGT.

Curiosamente esta versión entrega toda la potencia a las ruedas delanteras, ya que la versión quattro Audi la reserva en el modelo 45 TFSI, que emplea el mismo bloque motor pero eleva la potencia hasta los 265 CV. En cualquier caso, por la concepción tranquila y relajada de este vehículo tanta potencia no es necesaria. Eso sí, si el consumo de este modelo nos parece elevado, siempre podemos optar por la versión 40 TDI de 204 CV, que homologa un consumo de 5,8 litros.

Dinamismo

Cuando Audi tenía en su catálogo el S5 Cabrio tenía sentido intentar encontrar pretensiones deportivas en este modelo, pero ahora que no existe esta versión lo mejor que podemos hacer es considerarlo un gran turismo descatotable ideal para viajar, pero poco ágil si queremos conducir realmente rápido. Cuidado, en líneas generales el A5 Cabrio se muestra apamado y afronta cualquier tipo de carretera sin complicaciones, pero prefiere la autopista y las carreteras con curvas abiertas que las carreteras secundarias o los puertos de montaña.

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Lo más destacable de conducir la versión descapotable del Audi A5 es que, por un lado, la rigidez del chasis hace que pueda afrontar curvas con la misma solidez que la versión cupé, y por otra que el aislamiento exterior es fantástico . Con la capota plegada se puede conducir a velocidades elevadas sin sufrir una entrada de aire acusada en el habitáculo, y con la capota puesta la insonorización es muy buena. Ah, y que nadie sufra por si entra agua en el habitáculo porque ni siquiera con una pistola de agua a presión pudo entrar ninguna gota.

Y antes de finalizar, algunos detalles que considero relevantes: la capota se puede abrir y cerrar en unos 15 segundos ya velocidades de hasta 50 km/h. El cambio automático funciona con la suavidad que nos tiene acostumbrados Audi, pero no ofrece una respuesta demasiado deportiva ni siquiera en el modo de conducción Dynamic. Creía que las llantas de nuestra unidad, de 20 pulgadas, penalizarían el confort, pero lo cierto es que la puesta a punto del chasis y de la suspensión logra minimizar la rigidez de montar unos neumáticos con un perfil tan bajo. Y por último, no deberemos sufrir a la hora de utilizar el coche durante los meses más fríos con la capota abierta porque dispone de una función que crea como una especie de capa de aire caliente en el habitáculo a modo de bufanda.

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Conclusión

Parece que la moda de los descapotables ya ha pasado, pero sigo siendo un verdadero aficionado a este tipo de vehículos. Es evidente que no son prácticos y que en muchos casos incluso son caros, pero permiten disfrutar de una experiencia de conducción distinta a la que ofrece cualquier otro tipo de vehículo. Es por este motivo que en mi garaje ideal podría haber tres vehículos: un compacto o berlina prácticos tanto para el día a día como para viajar, un deportivo para disfrutar los fines de semana y un descapotable para pasear con comodidad a cielo abierto. Y sí, este descapotable podría ser perfectamente el Audi A5 Cabrio. El problema es que no tengo los 63.700 euros que la marca pide. Pero si alguien los tiene, adelante. ¡Es ahora o nunca!

Audi A5 Cabrio S-Line 40 TFSI
  • Precio<p>63.700 euros</p>
  • Combustible<p>Gasolina</p>
  • Etiqueta ecológica<p>Etiqueta ECO</p>
  • Motor<p>2.0 gasolina 4 cilindros</p>
  • Potencia<p>204 CV y ​​320 Nm de par</p>
  • Tracción<p>Delantera</p>
  • Medidas y peso<p>4697mm largo / 1846 ancho / 1384 alto. 1.745 kilos</p>
  • Nota<p>9</p>