¿Qué tiene un pueblo del Pallars Sobirà que atrae a coreógrafos, acróbatas y bailarines?
Nilak es un proyecto de circo que llega a Rialp para acercar el arte y la cultura a todo el territorio y se ha hecho merecedor del Premio Nacional de cultura de este año
RialpEstamos en octubre y aunque en cotas bajas la temperatura es tirando a cálida, al llegar a Rialp y salir del coche se nota un aire fresquito y limpio más propio de alta montaña. He conducido unas tres horas para llegar hasta esta villa. de la comarca del Pallars Sobirà, donde se ha instalado la carpa de Nilak. Pero antes de acercarme voy a tomar un café en la Granja la Valle, que está ubicada, como la mayoría de los bares y restaurantes del pueblo, a lo largo de la carretera principal. -la y dejarla donde estaba. A la clienta que vendrá después de mí la propietaria del local le dirá que se trata del programa de un circo, pero que no es un circo, que es diferente, que lo trae gente joven y que no es como los de antes Sonrío por dentro cuando oigo las palabras que ha encontrado para explicar lo que es Nilak, que siempre es algo complejo de contar. ~
La carpa de Nilak, que significa iceberg en inuit, es sólo un 11% de lo que ocurre en un pueblo como Rialp cuando el equipo de Nilak llama a la puerta o cuando es el pueblo quien contacta con Nilak. El 89% del proyecto restante, como la masa de hielo de los icebergs que no vemos, pasa fuera de la carpa. La iniciativa comienza meses antes del montaje de la carpa, y una vez desmontada quedará también una huella, un rastro en la memoria del pueblo y de las personas que la habitan.
Es domingo y hoy se ha organizado un taller de rigodones en la plaza de las Escuelas. Meritxell y Cisco, los encargados de llevarlo a cabo, son de Rialp y una representación de lo que había sido el esbart Els Muntanyesos. Conocen bien los pasos de este baile, que es una variante de las contradanzas que se bailaban en Gran Bretaña en el siglo XVII y que en el siglo XVIII llegaron al Pallars Jussà y al Pallars Sobirà. Son danzas populares que en Rialp se bailan en la plaza en un par de ocasiones al año. En el taller se apuntan una veintena de personas de diferentes edades, del pueblo y visitantes. Arrancan poniéndose por parejas, una al lado de la otra haciendo dos filas encaradas unas con otras. Se irán encontrando en un punto medio, darán vueltas e intercambios de parejas. Hay cierta elegancia en una coreografía que poco a poco va tomando forma y en la que en cada pocos pasos hay un saludo o reverencia. A lo largo de la mañana las actividades se centran en torno a este taller y otro de danzas tradicionales, y Sofía y Escarlet no se pierden ni uno. Tienen 11 y 12 años, les encanta bailar y se conocen los pasos porque en la escuela les han enseñado.
Después de un vermú en la plaza, dos personas del equipo de Nilak van a buscar el almuerzo a uno de los dos apartamentos que han alquilado por las dos semanas que se están en Rialp. Emma cocina comidas y cenas para en el equipo y las compañías que irán pasando también a lo largo de los días. y donde una gran mesa centraliza una parte importante del espacio. Llega la comida ya medida que van entrando personas del equipo técnico, gente de la organización y artistas se le sirven y buscan un sitio en la mesa donde sentarse. Después de comer y un poco de sobremesa, cada uno retira su plato, tira la basura donde toca y limpia su plato, sus cubiertos y su vaso.
Mientras en la plaza se bailaban rigodones, la compañía de clic, junto con los técnicos, preparaban la función de la noche, que comienza puntual a las 18.30 h en la carpa con todas las localidades vendidas. Latas es un espectáculo que habla de compartir. Ana, Hugues y Javier, que vienen de Zaragoza, interactúan en torno a una barra vertical y cientos de latas con las que harán también todo tipo de acrobacias con humor, ternura y poesía. El formato se adapta a la perfección a una carpa de 18 metros de diámetro, donde los espectáculos varían en cada itinerancia.
El proyecto de Nilak como tal se estrenó en noviembre del 2021 en Vilalba dels Arcs, y después de pasar por la Terra Alta, la Conca de Barberà y la Alta Ribagorça, esta es la primera vez en el Pallars Sobirà, a pesar de haber colaborado con el festival Dansàneu en los años 2020 y 2021. La carpa permite al proyecto realizarse y llegar a cualquier población donde construir un teatro con las condiciones técnicas necesarias para representar piezas de circo, teatro y performances o convertirse también en un espacio de creación.
Precisamente, la creación comunitaria es una de las representaciones más esperadas, y en esta ocasión el coreógrafo y bailarín Miquel Barcelona y Palau es el encargado de dirigirla. Personas del pueblo se habrán apuntado previamente para formar parte y el lunes, cuando llega Miquel, se encuentran todas en la carpa, junto con tres acróbatas especialistas en cuerda: Toni, Jus y Marta. Profesionales que se integrarán en el grupo de forma que todas las personas en escena formen un mismo amalgama en relación con los elementos que tienen en juego, sus cuerpos y una decena de cuerdas que cuelgan del techo de la carpa.
El domingo por la tarde Toni Gutiérrez, que además de cordista también será el ayudante de dirección en esta creación, se habrá encontrado con todas las personas que formarán parte. Entre ellas no pueden faltar Sofía y Escarlet, que a pesar de no ser las más jóvenes compartirán escenario con Teresita y Virtudes, de entre 85 y 90 años. Y en medio, una gran variedad de personas de diferentes edades y talentos.
El lunes es el día de descanso para la mayor parte del equipo, que lo aprovechan para no hacer alguna de las mil cosas que siempre hay que hacer pero que lo acaban dedicando a la limpieza de los apartamentos, ir a comprar comida, hacer números o hacer alguna reunión más extendida. Para el almuerzo se come el sobrante de las comidas anteriores y para cenar un bocadillo en el pueblo. Es totalmente opcional: en la sede de los Machicots siempre hay comida para quien quiera. La sobremesa de la comida también es más relajada, y es allí donde me entero de que Jus, una de las cordistas profesionales de la creación comunitaria, forma parte de la asociación Ntlades, dedicada en la formación de diferentes técnicas circenses y en la promoción de las artes escénicas de la zona.
Después de comer acompaño a Jus, Marta, Toni y Miquel a tomar un café y me entero de que la creación comunitaria se concebirá a partir de la palabra permanecer, ligada al sentido de permanencia y en relación con el territorio. Resistencia se convierte en la suma de este triángulo lingüístico unido en el contexto en el que nos encontramos: las personas de Rialp que llegaron, se quedaron o nunca en marcharon por amor a un entorno que persiste; la subsistencia de sostenerse en una posición incómoda que requiere gran disposición por parte de los profesionales del circo, y finalmente el territorio, donde la carpa de Nilak va dejando huella. Bajo este concepto se creará un espectáculo poético, participativo y muy emotivo, también con las entradas agotadas.
Nilak acentúa la acción cultural y la creación artística de un territorio fuera de las grandes ciudades y se ha hecho merecedor del Premio Nacional de Cultura de este año. Por su labor de llevar una programación con actividades desarrolladas por artistas de reconocido prestigio en todo el país con la voluntad de llegar sobre todo a comarcas o no hay equipamientos escénicos y establecer relaciones de calidad con la población más allá de una simple itinerancia de espectáculos.
El trabajo de Nilak es evidentemente importante y el equipo que hay detrás pone ilusión, ganas, energía, fuerza de voluntad, profesionalidad y sobre todo mucho tiempo, porque lo saben de primera mano. Son jóvenes, sí, pero también acumulan años de experiencia y conocen bien el sector de las artes y la gestión cultural. Y por eso es posible la consistencia de un proyecto que, a pesar de llevar sólo siete itinerancias, podría no acabarse nunca si fuera público. La aspiración de que Nilak dejes de ser una iniciativa que depende de subvenciones me la ha transmitido una de las personas del equipo, que para poder estar hoy aquí ha tenido que pedir una excedencia en su trabajo, donde trabaja haciendo sustituciones, y que se lo puede montar para no cogerlos y centrarse en Nilak. Una tarea que podría ser fácilmente de todo el año y de más de una persona.
Nilak es un sueño para quien lo vive, tanto desde dentro como desde fuera de la carpa. Una gran masa de fantasía desprendida y arrastrada como el hielo del iceberg por diferentes latitudes y que entiende la cultura como lugar crítico y de disidencia, pero también de proximidad y rebelión en lo cotidiano.