¿Son los Crocs los zapatos más feos de la historia?

2 min
Unos crocos en una imagen de recurso.

Hay decisiones que dividen al mundo: Nocilla o Nutella, Mac o PC, Lego o Playmobil... Del mismo modo, la sociedad queda partida en dos en función de si odias o adoras los Crocs. Pero lo que no puede negarse es que este calzado ha supuesto una auténtica revolución.

Sus inicios se remontan al 2002, cuando tres amigos que navegaban por el Caribe tuvieron la necesidad de un calzado cómodo, impermeable y que se adheriera a la cubierta del barco. Por eso crearon este zapato con agujeros, para que el agua entrara y saliera con facilidad, y de una resina especial muy cómoda que amortiguaba el peso y se suavizaba con la temperatura corporal. Sin embargo, si nos fijamos en su forma, veremos que es muy antigua, ya que los Crocs son una reformulación de los zuecos.

A menudo han sido tachados de ugly shoes y la revista The Cut afirmó que son un método anticonceptivo 100% fiable. Una afirmación que Nicki Minaj contradijo haciendo que la web de Crocs reventara en ventas cuando en el 2021 publicó una fotografía de ella desnuda, enjoyada al máximo y vestida solo con unos Crocs fucsia.

Es cierto que desafían los cánones establecidos, especialmente para las mujeres. La feminidad ha estado ancestralmente asociada a los pies pequeños, por aquello de que estuviéramos quietas. Por lo tanto, las grandes dimensiones de los Crocs y el hecho de aproximarse demasiado al calzado de trabajo nos aleja de ser normativamente bonitas. Pero afortunadamente los tiempos están cambiando y, ahora mismo, en plena tendencia de zapatos toscos y de grandes dimensiones (chuncki), los Crocs se adecuan perfectamente.

Uno de los fuertes de la marca Crocs son las colaboraciones, tanto con firmas independientes como de alta gama, como la que hizo con Balenciaga con unos Crocs versión stiletto; un juego irónico de contrarios que unía la rudeza del Croc con la delicadeza del tacón de aguja. Similar a lo que hizo el colectivo Tokyo Beams cuando lo fusionó con el mocasín, y en el que se podía elegir entre pines de borlas, botones dorados o de otros detalles que emulaban las decoraciones de este clásico del calzado masculino. La firma Sankuanz, con la idea de “zapato para zapato”, te deja escoger si quieres los Crocs estándar o, introduciéndoles una suela extraíble, obtener unos de plataforma. Una propuesta que enlaza con la esencia del zueco, que a menudo se llevaba con los zapatos puestos. La última de las colaboraciones ha sido con MSCHF, que ha fusionado los Crocs con sus polémicas botas de Astro Boy.

Seas de Crocs o no, hay que reconocer que es difícil encontrar un calzado que reúna todas sus características: unisex, no entiende de clase social ni de edad, sirve para cualquier ocasión –hasta el punto de que se ha llevado en alfombras rojas–, permite al usuario personalizarlas con los pines y se reinventa constantemente con las colaboraciones. Un éxito rotundo de ventas que, más allá de ser un diseño de zapato, ha creado una nueva concepción de calzado al replantear los límites definidos por la disciplina. Y eso, en diseño, no ocurre todos los días.

stats