Aerolíneas

Treinta veces más caro y el doble de tiempo: Greenpeace denuncia el abismo de precios entre tren y avión

Un informe de la ONG sitúa a España como el país de la UE donde la opción ferroviaria es más cara que volar

Barcelona“¿Por qué querría alguien tomar un tren de Londres a Barcelona y pagar hasta 384 euros cuando los billetes de avión están disponibles por un precio ridículamente bajo de 12,99 euros?”. Esta pregunta resume el estudio Los precios de los billetes de avión VS. tren. Un análisis a escala europea, elaborado por Greenpeace y que quiere abrir el debate sobre los precios del transporte, su impacto medioambiental en plena emergencia climática y las políticas de instituciones y estados a la hora de subvencionar un medio u otro de transporte.

Para ello, la organización ambientalista ha analizado 112 rutas entre ciudades europeas, para descubrir que en 79 de ellas los vuelos son más baratos que el tren; es decir, que esto ocurre en el 70% de los casos. De hecho, de media los billetes de ferrocarril cuestan el doble que los de avión, “pese a que el impacto global de volar puede ser hasta 80 veces peor que el del tren”. El escenario que presenta Greenpeace es desolador, porque entre las escasas rutas de ferrocarril más baratas que el avión, “sólo la mitad tiene trayectos decentes; el resto tienen conexiones de tren realmente malas o lentas”.

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Dentro de este informe, centrado en los 27 países de la UE, sin las islas de Malta, Chipre ni Irlanda, pero con Suiza, Noruega y Reino Unido, y en rutas de menos de 1.500 kilómetros y en ciudades con aeropuerto internacional, Barcelona tiene un lugar destacado, y de forma negativa. De todas las rutas estudiadas, la que une la capital catalana con Londres es la que presenta un mayor abismo de precios entre tren y avión: la opción ferroviaria para este trayecto es hasta 30 veces más cara que el vuelo si se compran los billetes el mismo día que se quiere hacer el trayecto. Así, una familia que elige esta opción en tren tarda 11 horas, exactamente el doble que en avión (dos horas y 22 minutos de vuelo, más una estimación de tres horas de trámites aeroportuarios y transporte en la ciudad). Y lo hace a un precio que puede ser hasta 30 veces mayor.

El resto de trayectos que figuran en el podio del desequilibrio entre medios de transporte lo conforman Londres-Bratislava (15,5 veces de diferencia de precio), Madrid-Bruselas (15 veces) o Budapest-Bruselas (12,5 veces).

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España, vagón de cola

En la comparación entre países, España sale con mala nota. Es, de hecho, el estado de la UE más caro y sólo aparece por detrás de Reino Unido. Así, si en el caso británico el tren es cuatro veces más caro que el avión, el Estado tiene al multiplicador en el 3,8. Bélgica (3,6) y Francia (3,5) van detrás.

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Entre las cinco rutas de Europa donde el tren dispara más su precio por encima del avión, tres implican a España: aparte del Barcelona-Londres, 10,3 veces más caro de media en tren, el Valencia-París es el segundo más caro (7,9 veces) y el Madrid-Bruselas, el cuarto (7,4 veces).

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La única buena noticia para España es la línea Barcelona-Madrid, con alta velocidad y una fuerte competencia, que es la única con origen o final en España que aparece entre las 12 mejores líneas de tren de Europa si tenemos en cuenta su precio respecto al avión. En las otras 13 rutas españolas, el tren pierde la comparación respecto a lo que Greenpeace denomina "la opción más perjudicial", en referencia al avión.

¿Por qué España sale tan mal parada? El informe es claro: “De todos los países estudiados, España tiene la mayor densidad de aerolíneas low cost”. En su recuento incluye a Ryanair, easyJet, Vueling, Volotea, Air Europa y, más desconocida, Wizz Air.

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El informe lamenta que las conexiones internacionales de tren desde España son “bastante raras” y pone dos ejemplos: no se puede ir de Madrid a Lisboa en tren, y un trayecto desde la capital española a Roma llevaría más de 24 horas de tiempo.

Otro problema que el estudio denuncia es la carencia de trenes nocturnos. “Son la mejor opción por trayectos en tren eco-friendlies en largas distancias”, dice el estudio, que enumera 26 trenes nocturnos de 112 rutas. El análisis lamenta que existen muchas rutas sin conexión ferroviaria “decente”. Entre las rutas necesarias, destaca el Madrid/Barcelona-Roma o el Lisboa-Madrid/Barcelona.

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Crítica a las subvenciones

Greenpeace cierra el diagnóstico con recomendaciones concretas. "Las instituciones de la UE y los gobiernos nacionales siguen subsidiando el cambio climático a través de regalos a las aerolíneas y a los aeropuertos", lamenta la organización. Gracias a estos “escandalosos subsidios”, dice Greenpeace, que “volar sigue siendo una opción para muchos ciudadanos a pesar de su terrible impacto en el clima”.

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Por eso pide retirar exenciones de IVA en los billetes de avión y en el impuesto al queroseno, introducir nuevos impuestos a este medio de transporte, reducir el IVA en los billetes de tren o acabar con los subsidios a aeropuertos y aerolíneas. También pide crear modalidades de billetes de tren válidos en toda Europa y más baratos que Interrail. Otras peticiones de Greenpeace son la prohibición de la publicidad de las aerolíneas y la de los vuelos cortos en los que ya hay alternativa ferroviaria.

Las peores rutas ferroviarias
  • Valencia-París<p>El trayecto en tren comporta más de 14 horas, con una o dos escaleras. Sin embargo, la opción ferroviaria es entre 3,8 y 12 veces más cara que el avión. En 2019, 570.000 personas volaron en esa ruta; el cambio en el tren habría ahorrado 75.000 toneladas de gases nocivos.</p>
  • Madrid-París<p>El vuelo siempre ha sido más barato en esta ruta: el tren más económico cuesta un 61% más. En 2019, más de 2,5 millones de pasajeros realizaron este trayecto en avión. El cambio en el tren habría ahorrado 302.000 toneladas de gases de efecto invernadero.</p>
  • Barcelona-Ginebra<p>El tren más rápido entre Barcelona y la ciudad suiza dura ocho horas con dos escaleras; si sólo se hace una se tarda 11 horas y media. La opción más contaminante, el avión, tiene precios desde 25,99 euros, denuncia Greenpeace, por lo que el tren es de media 2,7 veces más caro. En 2019, 638.000 personas realizaron la ruta en avión, provocando 52.000 toneladas de gas de efecto invernadero.</p>
  • Barcelona-A Coruña<p>El trayecto en tren más rápido dura 7 horas y 14 minutos, con parada en Madrid. Aunque es mucho más lento que el avión, sólo es más barato en reservas a muy corto plazo, en el resto de casos, el tren siempre es más caro. Un vuelo entre ambas ciudades causa 236 kilos por pasajes de gases de efecto invernadero; el tren ahorraría el 86% de estas emisiones.</p><p><br></p>
  • Barcelona-Luxemburgo<p>Ryanair es siempre más barato que el tren. La opción ferroviaria requiere 11 horas 15 minutos y de media cuesta tres veces más que el avión. En 2022, 124.000 pasajeros realizaron la ruta, causando 38.000 toneladas de gases de efecto invernadero.</p><p><br></p>