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La urgencia del turismo responsable

El nuevo modelo turístico de país plantea mecanismos para favorecer la desconcentración y desestacionalización de los visitantes. En un escenario de cambio climático, la apuesta por un turismo respetuoso y consciente del territorio que visita se hace imprescindible

En 2023 llegaron a Cataluña 18 millones de turistas extranjeros, procedentes principalmente de Francia, Reino Unido y Estados Unidos, los cuales se gastaron un total de 21.248 millones de euros (209 € por persona y día), según datos publicados por el Instituto de Estadística de Cataluña, Idescat, a partir de la estadística de movimientos turísticos en frontera (Frontur) y la Encuesta de gasto turístico del Instituto Nacional de Estadística (INE). La cifra de casi 20 millones de turistas extranjeros anuales supone un tope que el sector no pretende superar, sino gestionar con detenimiento para mejorar su impacto sobre el territorio: "Hay unanimidad en que hemos tocado techo", admite José Antonio Donaire , geógrafo y profesor de Turismo de la Universidad de Girona (UdG). "Este techo implica estabilizar la oferta y distribuir la demanda tanto espacial como temporalmente. La clave también pide abandonar poco a poco la valoración de una temporada estrictamente a partir del número de las llegadas, e incorporar nuevos indicadores, como la distribución territorial y temporal, la estancia media o la calidad del mercado de trabajo. input más de un cuadro de mando que debemos crear y que nos ayudará a realizar una valoración mucho más compleja".

Conseguir, pues, distribuir el turismo a lo largo de todo el año y en todo el país, para evitar la congestión en temporada alta en determinadas zonas urbanas y de costa, es uno de los objetivos de la nueva hoja de ruta del modelo turístico catalán, que tiene un punto de partida importante en la firma del Compromiso Nacional por un Turismo Responsable, impulsado por la Generalitat de Catalunya. Los 180 agentes públicos y privados firmantes del documento, coordinado por el profesor Donaire, ya trabajan para llevar a cabo un "modelo ambientalmente responsable, socialmente justo, territorialmente equilibrado y reconectado con los elementos identitarios del país". La voluntad es que el visitante llegue atraído por los "productos vinculados al territorio, el conocimiento o la identidad", tal y como especifica el titular de turismo de la UdG.

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El potencial del turismo activo

Precisamente una de las modalidades que contribuyen a desestacionalizar y desconcentrar el turismo y que ha crecido notablemente desde la pandemia de la Covid-19 es la que se basa en experiencias al aire libre y en contacto con la naturaleza. El llamado turismo activo prevé un importante ascenso de la demanda en los próximos años gracias a factores como la personalización del servicio, la baja masificación y sobre todo el entorno natural donde se desarrolla, vinculado a criterios de sostenibilidad y respeto por el medio ambiente. La demarcación de Lleida, destino puntera en turismo activo, está alcanzando cuotas de ocupación cada vez más elevadas en meses como julio y septiembre, y consigue esponjar el pico de agosto, tal y como afirma el director del Patronato de Turismo de la Diputación de Lleida, Juli Alegre, que recuerda la voluntad de la demarcación de convertirse en referente en turismo responsable: "Nuestro plan estratégico fija como objetivo hacer de Lleida un destino de turismo sostenible y regenerativo. Todas las acciones que desarrollamos en 'ámbito promocional van encarriladas a buscar este turismo individual y familiar, huyendo del turismo masivo y de los turoperadores'.

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El reclamo de actividades deportivas que favorezcan flujos de turismo en zonas de los Pirineos, el prelitoral o el litoral catalán hay que hacerse, pero con criterios de "racionalidad y adaptación al territorio", tal y como alerta el profesor Donaire, si se quiere evitar conflictos con los propios residentes: "Si la desconcentración implica enviar grandes contingentes de turistas de la zona litoral a espacios que no están preparados para asumirlos, como las Borges Blanques en su momento, determinados espacios de los Pirineos o el cicloturismo en Girona, nos equivocamos. Debemos hacer esa desconcentración con criterios de capacidad de carga".

No hay plan B

Pese al alivio de las lluvias de los últimos meses, casi 500 municipios catalanes siguen en excepcionalidad por sequía, según indicadores de la Agencia Catalana del Agua, que ubican el estado de las cuencas internas a las puertas del verano a poco más del 32% de su capacidad. La urgencia de un turismo responsable implica también comunicar muy bien al visitante el estado de sequía que sufre el país, sin que renuncie a su confort: "Necesitamos explicar al visitante que vivimos en una zona árida y que los períodos de sequía serán más importantes Ya hace años que lo hacemos, pero hay más elementos que debemos saber explicar, desde el consumo hídrico de los productos que consumen (no es lo mismo consumir un corte de carne que un plato de frijoles), hasta los criterios de limpieza , el uso de las piscinas o la tipología de los jardines [...], para que ellos también participen en este proyecto de reducción de consumo hídrico, energético, de sostenibilidad y de reducción de las emisiones", apunta José Antonio Donaire.

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El Compromiso por un Turismo Responsable establece medidas para que en 2035 el turismo que llegue a Cataluña consuma la misma energía o genere los mismos residuos que un residente. "Este es el gran hito de país", defiende el profesor Donaire, para quien "el único escenario viable para el turismo de futuro es el turismo responsable", concluye.