El Barça no es Catalunya. Pero la Catalunya contemporánea no se entiende sin el Barça. El conflictivo siglo XX, marcado por dos dictaduras y una guerra civil, ha dado pie a dotar a esta popular institución de una identidad extradeportiva que ha cuajado en el lema "más que un club", formulado en 1968, en pleno franquismo, por el presidente de entonces, Narcís de Carreras. De hecho, prácticamente desde su fundación, el equipo se vinculó al catalanismo político. En Cataluña, el triunfo del fútbol como deporte de masas fue de la mano, a través de su club más emblemático, con el afán de mayor autonomía y autogobierno. asimismo, en el momento en que el deporte se profesionalizaba, el Barça también se puso en primera línea de negocio, sobre todo de la mitad del siglo XX, a partir del fichaje de Kubala, e incluso a un presente en el que los números no salen y sobrevuela la posibilidad de que el club pase a ser una sociedad anónima ~ Así pues, junto a los Cruyff, Maradona y Messi, el tridente conceptual de la historia del Barça es "deporte, país y negocio". Con esta poderosa delantera identitaria, el club ha sumado miles de socios y cientos de miles de seguidores. En una Catalunya contemporánea marcada por las grandes oleadas de inmigración, su capacidad de integración ha sido fabulosa. El Barça ha catalanizado sentimentalmente, dejando espacio, sin embargo, a adhesiones diversas en su seno. mistificación alimentada en las celebraciones por el grito de rigor proferido por los jugadores: "¡Viva el Barça y viva Cataluña!"–, hay muchos meramente deportivos, tanto en Cataluña mismo como sobre todo a escala internacional. Y por supuesto hay muchos catalanes seguidores del Espanyol, el Girona y otros clubs.
El "más que un club" también se ha vinculado a valores cívicos, democráticos y de fair play deportivo, en la base del trabajo realizado en la cantera de La Masia o de figuras como Johan Cruyff y Pep Guardiola, que no sólo han potenciado un estilo de juego marca de la casa, sino también un comportamiento ejemplarizante de los futbolistas dentro y fuera del campo , con quien fue defensa y capitán Carles Puyol aún como referente. La identidad Barça también se ha forjado en torno a este ideal. Y finalmente, sobre todo en la última década, ha incorporado y potenciado el fútbol femenino, elevándolo a la máxima categoría y calidad, también en el terreno de los valores, con Aitana Bonmatí como icono. La celebración de los 125 años llega, en este punto, en un momento deportivamente dulce del Barça femenino y un momento de remontada del Barça masculino liderado desde el banquillo por Hansi Flick y en el terreno de juego para los jóvenes de La Masia. En los despachos y en las cuentas, en cambio, no se vive la mejor época. Es, pues, un cumpleaños con buena nota en deporte y país, e interrogando en negocio.