Coches de hidrógeno

Los coches de hidrógeno, una apuesta desconocida en Europa

Analizamos qué son, cómo funcionan y qué ventajas tienen los vehículos con pila de combustible o coches de hidrógeno

Toyota Mirai
18/07/2025
3 min

Hay cierto consenso social, tanto en Europa como en Estados Unidos, en apuntar que el futuro de la movilidad pasa por la electrificación de coches, motocicletas, patinetes y bicicletas. Pero desde hace ya tiempo hay una carrera en Corea y Japón para construir una alternativa a los coches eléctricos. Hyundai y Toyota, dos gigantes de la industria a escala global, tienen modelos que funcionan con montón de combustible de hidrógeno (Hyundai Nexo y Toyota Mirai) y siguen avanzando en este campo de innovación relativamente desconocido en Europa.

¿Qué es un coche de hidrógeno?

Un coche con pila de combustible de hidrógeno o coche de hidrógeno es un vehículo que utiliza el hidrógeno como combustible para impulsar las ruedas y moverlo. El funcionamiento es relativamente sencillo: en realidad es un coche eléctrico que, en vez de alimentar el motor con energía almacenada en baterías, lo alimenta con la pila de combustible central, una especie de central energética que aprovecha el hidrógeno y que suministra al motor eléctrico la energía necesaria para mover el coche.

Los vehículos con pila de combustible almacenan el hidrógeno en tanques o depósitos que canalizan el hidrógeno hacia la pila central, donde este elemento entra en contacto con el oxígeno del aire para producir electricidad. La electricidad obtenida en este proceso es la que alimenta el motor eléctrico, mientras que el residuo resultante de ese proceso (vapor de agua) es expulsado del interior del vehículo mediante un tubo de escape.

Tres ventajas de los vehículos de hidrógeno

Los vehículos de pila de combustible suponen una gran ventaja comparativa respecto a los vehículos eléctricos convencionales con baterías de litio en tres aspectos clave. En primer lugar, es posible cargar el hidrógeno de un vehículo con pila de combustible en pocos minutos, tal y como se haría con un vehículo de gasolina o diesel, en vez de tener que esperar horas para cargar las baterías de litio, a pesar de utilizar sistemas de carga rápida.

En segundo lugar, cabe destacar que los coches de batería de combustible o coches de hidrógeno no necesitan hacer uso de las grandes baterías de litio que deben utilizar los eléctricos convencionales. El litio es un producto caro, que genera un gran impacto ambiental y tensiones geopolíticas entre los países para controlar su abastecimiento mundial, y poder prescindir de este elemento permite que se puedan desactivar algunos potenciales focos de tensión en África, América Latina, China y Rusia.

La última gran ventaja de los vehículos con pila de combustible es su autonomía real, que supera a la de los eléctricos convencionales con baterías de litio y que, a diferencia de éstos, no depende de los factores ambientales (frío o calor) en cuanto a su rendimiento y autonomía.

Dos (grandes) inconvenientes

El hidrógeno tiene un gran problema que hace que, en estos momentos, en Europa no se considere una opción realista de futuro. Y es que es un elemento que no se puede extraer directamente de la naturaleza y, para poder obtenerla de forma neutra y sostenible, es necesario un proceso de electrólisis que consiste en obtener hidrógeno a partir del agua. Para llevarlo a cabo es necesario utilizar electricidad, que si bien se puede obtener de energías renovables como la solar o la eólica, encarece el proceso de obtención de manera importante todavía ahora, haciendo que el producto final no resulte suficientemente competitivo comercialmente. La otra opción para obtener hidrógeno a gran escala ya menor coste es a partir de un combustible fósil como el gas natural, pero esta opción no aporta ninguna solución sostenible ambientalmente.

El gran reto es encontrar una fórmula capaz de producir hidrógeno verde, es decir, proveniente de un proceso de electrólisis mediante energía solar o eólica, a un precio razonable. Según algunos estudios de la Agencia Internacional de la Energía será factible comercializar el kilo de hidrógeno a un precio estable en torno a los 2 o 2,5 euros en un horizonte de unos diez o quince años. Teniendo en cuenta que cada kilo de hidrógeno proporciona energía suficiente para recorrer unos 120 kilómetros y que los tanques de los coches con pila de combustible tienen capacidad para unos cinco kilos de combustible, es factible pensar que en un futuro no muy lejano se puedan recorrer unos 600 kilómetros (la distancia entre Barcelona y Madrid, para entendernos) con un coste de unos as1.

El reto de los vehículos de pila de combustible divide el mundo de la industria automovilística. Así pues, mientras los asiáticos de Toyota y Hyundai ya hace años que apuestan por esta tecnología, algunas marcas europeas como BMW apenas comienzan a explorar su potencial con prototipos y modelos comerciales pioneros, mientras que otros fabricantes tradicionales como Volkswagen y Ford prefieren litio.

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