Dos años del 7-O: ¿hay solución?
Cuando se habla de Palestina e Israel, la polarización estalla. Más aún en los últimos tiempos. Por supuesto, no hablamos de cosas banales sino de un conflicto durísimo y que ha generado cantidades enormes de brutalidad y sufrimiento. Sin embargo, no se entiende que haya posiciones tan alejadas cuando no debería ser tan difícil sentar unas bases mínimamente compartidas. El segundo aniversario de los ataques del 7 de octubre del 2023 es un buen marco para recapitular y plantear cinco puntos que podrían –deberían– ser suficientemente compartidos por toda aquella gente que realmente quiera que los derechos humanos se respeten y que se pueda avanzar hacia la paz.
1. La matanza perpetrada por Hamás y otros grupos armados palestinos fue brutal: 1.200 personas –800 de ellas civiles– fueron asesinadas y 5.400 resultaron heridas. Aparte, 251 secuestradas –una cincuentena de las cuales, dos años más tarde, todavía están lejos de casa–. Incluso aquellas personas que están a favor de la lucha armada como forma de resistencia frente a situaciones de opresión saben la diferencia entre combatir cuerpos armados –responsables y ejecutores de la opresión– y atacar a la población civil. Pero más allá de las muertes y secuestrados, hay que valorar y entender también el 7-O por el profundo impacto emocional (desconfianza, miedo, angustia, etc.) que generó en la sociedad israelí. Y, de paso, como este choque ha provocado que aún más israelíes se hayan desentendido de Gaza, de los palestinos y de una solución justa y pacífica.
2. La acción de Israel durante estos dos años supera todo lo imaginable y supone un inmenso catálogo de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad: 67.000 muertos (de los cuales, 17.000 niños), 170.000 heridos y el 85% de las personas desplazada. El 92% de las casas y unidades residenciales están afectadas; 34 de los 36 hospitales, atacados; 370 trabajadores humanitarios, asesinatos, hambre provocada y 455 personas que ya han fallecido de hambre. El grado de deshumanización con el que Israel ha tratado a los palestinos no es sólo radicalmente intolerable sino absolutamente insostenible. Y es que el horror sufrido en Gaza no sólo ha desbordado la indignación de mucha gente en todo el mundo, sino que también ha terminado por avergonzar a exresponsables gubernamentales y militares israelíes y ha sido frontalmente rechazada por una parte de la sociedad israelí, no mayoritaria pero tampoco irrelevante.
3. A pesar de la importancia de lo que ocurrió hace dos años, y de lo que ha ocurrido durante estos dos años, hay que tener bien presente que el conflicto no viene del 7-O. Es absurdo querer hacer creer que antes del 7 de octubre del 2023 todo era una balsa de aceite y que es a raíz de los ataques de Hamás que el conflicto estalla. No, hay que ser serios. Hace décadas y décadas de un conflicto que ha generado muchas guerras, violencias, vulneraciones de derechos humanos y pérdidas de vidas humanas.
4. Toda solución a esta terrible situación pasa por abordar las causas de fondo del conflicto y no ignorarlas dando constantes patadas adelante. Y el tema central a enfocar, abordar y resolver es la ocupación de los territorios palestinos fijados en la propuesta de partición de Naciones Unidas. Son décadas de humillación, discriminación y marginación de los palestinos y de colonización y usurpación de su territorio. Cabe recordar que en 1947 la propuesta de Naciones Unidas, y de la comunidad internacional, era la creación de dos estados. Y si bien el estado israelí se creó en 1948, casi ochenta años más tarde el palestino todavía no es una realidad e, incluso, algunas potencias coloniales clave en el surgimiento y desarrollo del conflicto apenas acaban de reconocer, y de una forma más simbólica que real, el estado palestino. Cada vez es más evidente —por explícita y pública— la voluntad del gobierno israelí de ocupar todo el territorio de la Palestina histórica y dejar a los palestinos sólo dos opciones: quedarse aceptando el apartheid o la fuga y la muerte. Y con este proyecto de hacer imposible un estado palestino libre la paz resulta inviable.
5. Las soluciones políticas y las propuestas de paz, aunque difíciles y complejas, son diversas: dos estados, un solo estado binacional, una confederación, etc. Pero cualquier solución política, cualquier acuerdo de paz, cualquier diseño institucional debe partir de un aspecto fundamental: judíos y árabes deben poder realizar su vida, sin opresiones, exclusiones, violencias y amenazas, con seguridad y confianza, y con pleno respeto a los derechos humanos de todos.