"Ya nos lo arreglará el ordenador"

Las universidades españolas quieren que las faltas de ortografía o las de coherencia en un texto escrito en el examen de selectividad queden hasta dos puntos. Buena suerte a los promotores.

Por supuesto que, a los 18 años, un aspirante a la universidad debería escribir sin faltas. Esto es lo que ocurría hasta hace pocas décadas y, si antes ocurría, también debería ser posible ahora. Pero ahora, como explican Isabel Escriche y Lara Bonilla, toda la clase es un clamor: “¡Pero si ya me lo arreglará el ordenador!” En realidad, es aún peor, porque con la IA, no es que te lo arregle el ordenador, sino que te lo escribe directamente.

Hemos perdido tanta autoexigencia que cuando llega la selectividad, el daño ya está hecho. El problema viene de antes. ¿Quieren las familias que sus hijos sepan expresarse correctamente desde que son pequeños? Pues que lean, que hagan dictados y suspendan hasta que aprueben. Y esto vale para otras preguntas: el sistema escolar, ¿puede garantizar que los maestros y profesores escriban sin faltas y dominen la lengua?

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Mucho denunciar que los poderes económicos y políticos quieren que seamos unos analfabetos funcionales porque así no pensaremos y no tendremos espíritu crítico, pero después somos enternecedoramente benévolos con una criatura que a los 16 años no sabe poner ni los puntos ni las comas. Y lo hemos ido pasando de curso, no sea que se frustrara o, aún peor, que se enfadaran los padres.

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Y en este abajo que baja en la comprensión oral y escrita no hay diferencias entre derechas e izquierdas (lo que es más grave en el caso de las izquierdas, teóricamente más preocupadas, y con razón, por el hecho de que un pueblo ignorante sea un pueblo manipulable). Consejera, sindicatos de maestros, padres y madres, ¿nos ponemos, o ya nos lo arreglará el ordenador?