Análisis

BBVA-Sabadell: Sánchez tendrá que hilar fino con la opa

Si la operación fracasa por la intervención pública será un precedente peligroso

BarcelonaA partir de ahora está en manos del gobierno español el futuro de la posible fusión de BBVA con el Banc Sabadell. Tras convocar una consulta pública inédita en una concentración empresarial pese al visto bueno de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el ejecutivo parece haber tratado de cargarse de razones para tomar una decisión. Y ésta podría ser la de complicar la operación, porque tenían más incentivos para participar los contrarios que los favorables, a diferencia del 1-O, aunque el gobierno ha insistido en que no era un referendo.

En todo caso, Pedro Sánchez tendrá que hilar muy delgado, porque Europa mira hacia aquí. Si la integración fracasa por la intervención pública será un precedente peligroso, dado que la parte de competencia ya se había superado. Los motivos para poner pegas ahora deben ser "de interés general", y van de la seguridad a la protección del medio ambiente, según la ley. Algunos están convencidos de que la afectación territorial en Catalunya o en la Comunidad Valenciana podría servir de argumento en contra. En principio, en un máximo de treinta días lo sabremos.