¡Bizca, vizca! Ka bien!
Me parece perfecto. En las PAZ, hay guerra. Los correctores (llamados "personas correctoras" por el departamento correspondiente) restarán 0,1 puntos por falta de ortografía en los exámenes de catalán, castellano y literatura. Con un tope, ¿eh? 2 puntos. En lenguas extranjeras, se descontará en expresión escrita hasta el 10% del ejercicio si es deficiente. En el resto de materias, parece que finalmente sí se penalizará al estudiante por la ortografía. Volvemos, pues, a lo que se dijo en octubre: que "se valoraría la coherencia, la corrección gramatical y ortográfica y la presentación de los textos cuyo descuento puede llegar al 10% de la nota total".
Que sólo cuenten las faltas a lengua y literatura está muy bien. Hoy en día también hay chefs que no saben limpiar un pez y hay diseñadores de ropa que no saben coser. ¿Es importante saber limpiar un pez si eres cocinero y saber coser si eres diseñador? Seguro que no. Pero saber limpiar el pescado si eres cocinero y saber coser si eres diseñador es parte intrínseca de la curiosidad que debe despertarte tu trabajo. "¿Por qué es así, esto?" es necesario que se pregunte, siempre, el profesional inteligente. Y claro que al final todo cocinero tiene un meritorio que le limpia el pescado y todo diseñador tiene un taller de gente que cose. ¿Pero cómo podría no saberlo? ¿Cómo podría no haber empezado, de pequeño, ayudando a casa o jugando a "hacer de"?
Pero creo que por dar ejemplo de la poca importancia que tiene la ortografía podemos hacer algo. Que las preguntas del examen de las PAU contengan faltas. Así no frustramos a los pobres estudiantes. Preguntémosles sobre Hemmanuel Cant, sobre Jéguel, sobre Marsè Rudureda y sobre Guiliam Sécspir. Hablamos del Opus Day, y si nos referimos al autor delOdisea pronunciamos su nombre como si habláramos del señor Simpson.