Intento de cambio de tema

No hace falta ser penalista para darse cuenta de que el comisionista Aldama, además de un estafador muy presunto, es también un acreditado fantasma. Alguien que, para salir de prisión, declara ante el juez que es un agente encubierto del FBI y la CIA, que colabora con las unidades antiterroristas de la Guardia Civil, que "ha disparado" junto a los agentes del GAR y comprado un dron con los de la unidad UC2, y que tiene una medalla "que está en el BOE por cosas que he hecho de antiterrorismo", demuestra tener problemas serios para diferenciar la realidad de la fantasía. Si, además, cuando sale del trullo porque la fiscalía y el juez le compran este relato psicotrópico hace unas declaraciones todo embravecido y acusa a Pedro Sánchez de ser “un mitómano” (!), demuestra también que el sentido de las palabras le es indiferente.

Sin embargo, o quizás gracias precisamente a todo esto, Aldama ha logrado atraer hacia él el foco, que era de lo que se trataba. Tampoco hay que ser demasiado perspicaz para darse cuenta de que su hiperventilada declaración. a petición propia ante el juez Ismael Moreno era un torpedo que tenía guardado el Partido Popular por si fallaba todo lo demás, y por todo lo demás debemos entender las maniobras para culpar al gobierno de Sánchez (y no el de Mazón) de la escandalosa gestión de la DANA en el País Valenciano, por inculpar a Sánchez también de los supuestos escándalos de su mujer y por abortar el nombramiento de Teresa Ribera como comisaria europea. Fue justamente al día siguiente que Ribera fuese finalmente confirmada en el cargo que Aldama pidió, urgentemente e —insistimos—. a petición propia de comparecer ante el juez. Su magna salpicadura ya debe estar en la sala segunda del Supremo, que tiene abierta una investigación al exministro Ábalos por el caso Koldo, que también es el caso Ábalos, que también ahora es el caso Aldama. conocer el resultado de la investigación, todos los indicios apuntan de forma bastante clamorosa que Ábalos se dejó llevar por el viejo instinto del politicastro que no sólo es corrupto, sino que se abandona a la vida fácil y obscena. Todo indica también que un político habitualmente cauto como Pedro Sánchez, que es sabido que tiene por norma ser inflexible con la corrupción, no reaccionó, en cambio, cuando su mano derecha —Ábalos— empezó a relacionarse con sujetos como los susodichos Koldo o Aldama. reaccionado medio gobierno frente a las acusaciones de Aldama, con querellas contra él, etc. El guión más o menos ya lo sabemos.

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La pregunta es hasta cuándo. Quizá sea ingenuo, pero me parece pertinente preguntarnos hasta cuando la derecha nacionalista española piensa sacar adelante su desoladora pantomima, ese tipo de fuga nihilista adelante que está dispuesta a derrumbarlo todo para recuperar o retener el poder (la paradoja es qué poder, si las instituciones democráticas quedan inevitablemente corroídas). Y hasta cuando la izquierda, sobre todo el PSOE, piensa no hacer otra cosa que ir a rebufo. La sensación de haber caído en arenas movedizas es, a momentos, asfixiante.