¿Los chicos jóvenes, cada vez más machistas?

Estos días se han publicado los datos del último sondeo de opinión del Instituto de Ciencias Políticas y Sociales (ICPS), que muestran una vez más una preocupante tendencia entre los chicos menores de 25 años en Cataluña: una deriva claramente conservadora (se muestran menos comprometidos con los valores democráticos) y, en algunos aspectos, posicionamientos mucho más machos. derecha ideológica, cifra que casi triplica la de las mujeres de la misma edad (menos del 10%). pero el discurso es claramente más antifeminista. La fractura entre el discurso y la acción construye una nueva realidad y, por tanto, no podemos caer en el análisis sencillo que dice que los "jóvenes son más machistas". Hay algunos elementos que pueden estar influyendo de forma transversal en muchos de ellos referentes de masculinidades antiguos. La mirada crítica hacia estos modelos de masculinidad, evidente entre las chicas, también se encuentra en algunos chicos jóvenes que seguramente han afinado más su percepción por la influencia de una mayor conciencia social feminista (que ha calado en ellos incluso sin darse cuenta unas cosas, por todo ello, no acaban de tener claro el camino, ni individual ni colectivo. Así, lo más fácil es rechazar lo que interpela, porque es más fácil y cómodo el repliegue que no trabajar para reflexionar sobre quiénes somos, ahora, modelos de masculinidad diversa, más igualitarios, cuidadosos y sostenibles con la vida. vértigo de género: el miedo, la resistencia que emerge cuando el sistema patriarcal se siente amenazado e interpelado al cambio. Como un mareo metafórico ante la pérdida de privilegios de un mundo cambiante en el que no tienes demasiado claro cómo hacerlo para responder a lo que te piden. Te hablan de ti, de nosotros, cuando quizás nunca te has parado a reflexionar sobre quién eres, ni de qué va lo de las masculinidades. De forma más consciente o menos, esto supone un freno para el avance de la igualdad y acaba llevando a posturas de atrincheramiento y desresponsabilización, cercanas a postulados originarios de la extrema derecha. Es la excusa perfecta para no cambiar (aunque sea en lo discursivo) y optar por un camino sudado que, seguramente, tampoco acaba de convencer. Es una postura que responde al miedo, a la confusión ya laperezade cambiar. Ante esto, la valentía pasa por aquellos hombres que se comprometen con la necesidad del cambio social, de renuncia, y que busca construir vidas y sociedades más habitables.