El crimen es la amnistía

Imagen de Santos Cerdán ingresando en Soto del Real
01/07/2025
Escriptor
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La entrada fulgurante y sin fianza de Santos Cerdán en prisión puede entenderse como una respuesta directa del Supremo a la sentencia del Constitucional que avala la ley de amnistía. Es, claramente, una forma de criminalizar a la amnistía y el hecho de concederla a quien se concede: independentistas catalanes. El silogismo está claro: primera premisa, Santos Cerdán es un corrupto; segunda premisa, Santos Cerdán negoció la amnistía; conclusión: la amnistía es corrupta. Es tan obvio que no son necesarias explicaciones, sólo la retórica para darle gravedad y un aire tenebroso, de traición a España. Titulares como: "Santos Cerdán reconoce que negoció la amnistía porque era esencial para la investidura de Pedro Sánchez" simplemente describen cómo funcionan las negociaciones políticas, pero de repente estas negociaciones aparecen como lo que siempre repite la derecha: algo ilegal, ilegítimo, vergonzoso, una de traición a España. Una basura, como dijo Felipe González. El lunes, dentro de la furgoneta que entraba en la cárcel de Soto del Real, no iba Santos Cerdán solo: le acompañaba la amnistía.

La amnistía debe ser destruida porque es la mayor expresión política de una anomalía que el nacionalismo español no toleró durante la República y no está dispuesto a tolerar ahora tampoco: un gobierno progresista que legisle con el apoyo de los catalanes, de los vascos y de las izquierdas. Desde la derecha se han desgañitado chillando una y otra vez que un gobierno así es ilegítimo: decir esto es una irresponsabilidad y es profundamente antidemocrático, pero desde su punto de vista debe tener razón de ser, porque, para ellos, un gobierno así conlleva la liquidación de España. Y España, por mucha pompa nacionalista que se le añada, es un gran conglomerado de intereses. Un montón de pasta para aquellos patriotas que saben defenderla con el cinismo y la energía necesarios.

Es por eso que ya podéis leer y escuchar a los escritores, periodistas y tertulianos de la pomada pidiendo una vez más un acuerdo de gobierno entre el PP y el PSOE. Es una manera de dar la razón a lo que Feijóo y Abascal han dicho de forma explícita en muchas ocasiones, y que muchos piensan, también: que no debe darse la oportunidad a las minorías de ocupar espacios de poder, y menos gobernar en ellos. Gobernar con las minorías es el crimen, y la ley de amnistía es la prueba flagrante. Santos Cerdán (y Ábalos, y Koldo) les han puesto extremadamente fácil con sus presuntas y repulsivas aventuras de ladrones de dinero público, con toda la puesta en escena (vicios, conversaciones porcinas) de la corrupción de toda la vida. Pero estos no dejan de ser, dentro del sistema político judicial español, pecados veniales, por los que muchos dirigentes de la derecha entran a declarar, y salen, con la cabeza alta, ya menudo simulando que se enfadan incluso. A Cerdán le han encarcelado por haberse rebajado a hablar con Puigdemont y Junqueras. A ver qué hace ahora el PP, si quiere sacar adelante su moción de censura.

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