¿Quién es lo que debe normalizarse?
Pedro Sánchez ha afirmado este jueves que "la amnistía no era el paso siguiente" que quería dar, pero es coherente con la política de normalización en Catalunya”. Entendidos, pero ¿qué es lo “normal” aquí?
¿Es normal que, llegados al 2023, la sociedad española haya aceptado plenamente el divorcio, el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo o la eutanasia, y no acepte un referéndum como el de Escocia o Quebec? ¿Es normal que todo lo que tenga para ofrecer España después de años de manifestaciones millonarias y pacíficas sea guerra sucia policial,antidisturbios,lawfarey Pegasus? ¿Es normal que Catalunya lleve colgada la llufa de insolidaria cuando la contribución del esfuerzo fiscal supera con mucho una cuota razonable de solidaridad? ¿Es normal que Aitana Bonmatí (jugadora, también, de la selección española) agradezca el Balón de Oro en catalán en París y la red se llene de delitos de odio? No, no es algo normal. Que la catalanofobia sea real no la hace normal, y en cambio, está plenamente normalizada.
Hablando del verificador, Sánchez ha dicho también que "si dos no se entienden, está bien que haya un tercero que les acompañe". Vale, pero ¿qué es exactamente lo que no han entendido de Cataluña en los últimos 40 años? ¿Qué más y cuanto más debe decirse? Que el Proceso acabara mal no quiere decir que aquellos dos millones largos de votantes del 1 de octubre no hubieran llegado a una conclusión normal: así no queremos seguir.
Y no, no es un problema de dos que no se entienden. Aquí hace mucho tiempo que nos entendemos todos, pero el Estado ha decidido que el desencaje de Catalunya no pone en peligro la viabilidad económica de España, e incluso es rentable en términos electorales. Ergo, palo y zanahoria. Como lo que tiene el Estado es lo que decide qué es normal y qué no, por eso hablamos de encajar Cataluña, cuando deberíamos estar hablando de cómo normalizar España.