Decálogo imprescindible para la buena cita del buen político
Cuando hay debate político, es interesante ver a cuánto se paga el kilo de cita literaria. ¿A quién citar? ¿A quién no citar? ¿Con qué cita contracitar si el otro ha citado a alguien que te es incómodo o te pone el dedo en el ojo?
1. Si el debate es trascendente, como el de ayer, queda frívola la cita-gif. No es apropiado citar frases de películas sacadas de contexto. Ayer, en ningún caso se podía citar el "He visto cosas que no creería", de Blade Runner; el "A veces veo muertos”, deEl sexto sentido, o el “Ya están aquí...”, de Poltergeist. Estas citas, en cambio, irían bien en un debate, poco importante, en un Parlamento catalán.
2. En un debate como el de ayer hay que elegir un escritor, a ser posible, muerto, que los muertos no nos votan, ni se querellan cuando los citamos.
3. Debe ser suficientemente conocido para que el nombre le suene a todo el mundo o quedarás como un pedante. En cambio, la cita no debería sonarle a nadie.
4. Naturalmente, el escritor muerto debes vigilar que no pueda ser usado en tu contra. Un político de derechas, simpatizante del franquismo (o si no queréis tan diáfano, de los que encuentran que “hay que pasar página”), no puede citar a García Lorca, porque fue asesinado por el franquismo “miedo rojo y maricón”.
5. Si quieres citar a un autor que por ideología te va bien, pero no encuentras ni una frase aprovechable, tienes que utilizar el truco del político médium. Tienes que decir: "Si, hoy, él estuviera aquí habría dicho que..." Y a partir de aquí dices lo que te convenga.
6. Y, atención: si citas a Josep Pla (que le queda bien a todo el mundo ), te puedes inventar la cita directamente. Pla ha escrito mucho, a veces cosas contradictorias, y muy poca gente se le ha leído entero. Los que se le han leído entero no están escuchándote.
7. Citar a un filósofo griego oa un pensador francés de la Ilustración no queda bien. La cita debe ser de kilómetro cero o parecerá que la hayas sacado de un diccionario de citas.
8. Los diccionarios de citas (que tan bien acuden a los autores cuando se presentan a premios) también contienen citas inventadas. Nadie se pondrá a comprobar si lo que dices que dijo Rousseau lo dijo Rousseau.
Para terminar, y citando a Jaume Pastallé, diré que: “¡Buena cita...!”