Decíamos ayer que, a raíz del caso del dirigente de Sumar Íñigo Errejón, la también dirigente Ana Andrades ha anunciado que todos los dirigentes machos del partido tendrán que hacer "un cursillo de machismos". Quisiera saberlo todo de este cursillo, que me parece la solución idónea para acabar con el problema.

Supongo que irán todos ellos a un aula y se sentarán en sillas de aquellas de autoescuela, que tienen un anexo en la banda derecha para apuntar. La monitora –será una mujer– les saludará y, quizá por romper el hielo, dirá: “Nos decimos Sumar, no Sobar”. Entonces quizá les pasará unas diapositivas con frases motivadoras y escenas en las que no debe tocarse el culo de nadie. Por ejemplo, una firma de libros, que ya sabemos todos que en las firmas de libros autores y lectores intercambian teléfonos y promesas ya menudo se convierte en “un café”. A las firmas de libros se propone siempre café, porque es como si el café fuera el preludio de la larga, larguísima conversación, e interesante, interesantísima, que una de las dos partes (normalmente la parte lectora) se imagina.

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Entonces los alumnos deberán simular situaciones en las que se les da o no se les da el consentimiento. Habrá pausa para el café y todos procurarán no acercarse demasiado a la monitora, por si se les malinterpreta. La cosa durará tres días y, al final, todos ellos tendrán un diploma de “Machismos”. Ni que decir tiene que harán copias de este diploma. Una la llevarán al móvil; la otra la tendrán en papel en la guantera del coche, y la original la tendrán enmarcada en el cabezal de la cama, junto a la foto del Che Guevara, por si una noche les dan el consentimiento y deben ejecutar el amor .