Francia, la extrema derecha y el caballo de Troya del putinismo en Europa
La situación parece un dejà vu de lo que se vivió en 2017 en las elecciones presidenciales francesas con Emmanuel Macron y Marie Le Pen como los candidatos más bien posicionados para pasar a la segunda vuelta. Sin embargo, esta vez todos los analistas ven una diferencia fundamental y es que no está claro ni tan solo que Macron quede por delante el domingo en esta primera vuelta ni, tampoco, que en la segunda no acabe ganando Le Pen. De hecho, lo que le podría hacer más daño a la líder de la ultraderecha francesa, eterna candidata, es el peso que acabe teniendo finalmente Éric Zemmour, que le podría sacar votos por la derecha más extrema y provocar que no quede bien posicionada en esta primera vuelta y por lo tanto no pueda optar a la presidencia.
Según algunas de las últimas encuestas, Le Pen y Zemmour tienen el 22 % y el 9 % de intención de voto respectivamente. Es decir, suman un 31%, casi cinco puntos más del 26% que tiene Emmanuel Macron. Casi un tercio de los franceses, pues, optaría por posiciones de extrema derecha y esto, pase lo que pase, ya es un elemento que hace reflexionar por el efecto que esto tiene también en el conjunto europeo y porque su discurso acaba contagiando el de la derecha tradicional.
Hace solo un mes parecía que Macron tenía ganada la reelección. Todavía más en un contexto de guerra en Europa, que provoca lo que se conoce como “el efecto bandera” que aglutina a los ciudadanos alrededor del poder ya establecido, además de su sobreexposición como líder europeo puesto que Francia mantiene precisamente la presidencia de la Comisión Europea este semestre.
Aun así, en las últimas semanas se han vuelto las tornas y la crisis económica y energética han hecho volver a primer plano el malestar de la clase mediana empobrecida que favorece a Le Pen. Se teme, además, una gran abstención y ha empezado a haber pánico entre los votantes de izquierda que llaman a una movilización que, aun así, hace difícil que tenga mucho efecto ante la extrema atomización de esta opción política. Solo tiene alguna posibilidad, remota, JeanLuc Mélenchon, pero pocos analistas ven realmente viable esta opción.
Sea como sea, hasta ahora han hablado las encuestas y ahora es el momento de los votos reales. Lo que pase en Francia este domingo tendrá repercusiones en el escenario europeo porque puede reforzar o debilitar la estrategia conjunta contra Vladímir Putin y la política de rearme y de sanciones que se está aplicando. Un triunfo de Le Pen, sumado al de Orban de la semana pasada en Hungría, puede ser un torpedo en la línea de flotación de la política europea actual. Son el caballo de Troya, no solo de Putin, sino también de la propia idea de la Europa unida.