Ideólogos disfrazados de “profesores”

Albert Pla Nualart

Informar sobre las vacunas y, más concretamente, sobre los riesgos que comportan, es un reto de primera orden para los medios informativos. Dirimir la frontera entre ciencia, ideología y otros intereses no resulta fácil. Por ejemplo, Teresa Forcades (¿qué se ha hecho de ella?) y Salvador Massip son dos doctores en medicina y -afirmando que se basan en la ciencia- opinan muy diferente sobre las vacunas. ¿Merecen por igual una tribuna en los medios? No, porque apelando a lo que llamamos comunidad científica, vemos que una parte de lo que defiende Forcades -como por ejemplo la eficacia de la MMS-suscita un rechazo científico bastante general, cosa que no pasa con Massip. Y si esto pasa con las ciencias naturales, ya no hace falta decir qué pasa con las humanas.

El experto es alguien que sabe cosas y nos las enseña; que no opina, sino que informa y divulga. Le denominamos “profesor” y le escuchamos como alumnos. Por lo tanto, bajamos la guardia del sentido crítico porque damos por hecho que lo que dice tiene un aval científico -es, en el fondo, también discutible, pero mucho menos que una simple opinión-. Y esta tribuna -este género informativo- da más peso e influencia a todo lo que afirme. Si hace de tertuliano, topa con otros tertulianos, se excita, se contradice. En cambio, si tiene una sección de experto para él solo, tiene tiempo, tranquilidad y crédito para ser mucho más eficaz a la hora de conformar la opinión pública.

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Por todos estos motivos, los medios -y todavía más los públicos- tienen que ser muy rigurosos cuando dan estas tribunas. Tienen que asegurarse que el experto las usará para informar y divulgar y no para opinar y adoctrinar: para ejercer de ideólogo. Y no estoy diciendo que los medios no dejen hablar a los ideólogos -son fundamentales para el debate público- sino que no los disfracen de expertos científicos que se limitan a informar y a divulgar. Vamos a un caso concreto. Desde su tribuna de experto en Catalunya Ràdio -en una sección titulada Informe-, martes, Sala y Martín nos informaba que no tiene sentido poner trabas a Amazon o boicotearla, y que es “insultante valorar las compañías por lo que pagan en impuestos”, como había dicho Ada Colau.

¿Nos informa Sala y Martín cuando dice esto? ¿Lo tenemos que escuchar como escuchamos a un experto, un profesor? ¿O más bien ejerce de ideólogo? Diría, como mínimo, que lo que hace tiene muy poca relación con lo que hace Massip cuando habla de las vacunas. Decía Sala y Martín en el 2014 a Terribas que los estudiantes de la Universidad de Colúmbia, cuando llegan, tienen la suerte de tener dos profesores de macroeconomía: a él, y al premio Nobel Joseph Stiglitz. Son -decía- “dos visiones radicalmente diferentes del mundo, y los estudiantes tienen acceso a los dos puntos de vista”. Es una suerte que no tiene la audiencia de los medios públicos catalanes. Y esto me hace pensar que, desde un punto de vista académico -de comunidad científica (no de intereses económicos) -, tiene mucho más crédito y prestigio el punto de vista “radicalmente diferente” de Stiglitz. Un punto de vista al que lo que le parece insultate, como a Colau, es que Amazon pague los impuestos que paga.