Infiltrados y enamorados

Los policías infiltrados en grupos –inofensivos– antifascistas o sindicales catalanes van haber mantener relaciones sexuales con sus víctimas propiciatorias. Ningún peligro, claro. No hablemos del caso de la película Donnie Brasco, ninguno de los infiltrados debía sufrir peligro como Joe Pistone. De alguna manera, pero sin riesgo, es lo que debe hacer la prostituta de Narcos que trabajaba para la policía (y acabó mal). no se hacen durante la ejecución del amor, porque no se ejecuta tan a menudo y porque hay también otros momentos como la preparación de la cena –en caso de que se comparta– o un viaje en coche. relaciones se alargaron en el tiempo.

Hay, sin embargo, una cuestión que no me saco de la cabeza en estos casos. complaciente ¿de gustar siempre a la víctima?, ¿seguían siempre hacer lo que el otro proponía?, ¿le daban la razón con los gustos musicales? ¿la discusión justamente para que el otro no se cansara? normal y había peleas, por dar verdad?

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"Yo me daría a quien me quisiera", dicen los versos que más me gustan. De alguna forma estas víctimas han sentido durante unos meses una ilusión. Alguien los ha querido mucho, sin fisuras. No han sido aburridos, no han dado rabia, no han dado asco. De alguna forma es como la mujer estafada por el falso Brad Pitt. Vale, le ha costado caro, pero durante un corto período de tiempo lo ha tenido todo: ha sido la novia de Brad Pitt.