El juego del calamar de potera

Los catalanes, que tenemos fama de ceñudos (algunos nos lo trabajamos a fondo como quien hace CrossFit), también somos, cuando toca, "participativos". Durante los años del Proceso nos hemos puesto y sacado camisetas, nos hemos dado las manos, hemos puesto urnas y hemos dado claveles a los mossos... Ahora, sin embargo, que estamos en el post-Proceso, hemos aprendido una cosa: las manios no sirven para nada y tener mayoría absoluta en un Parlamento, tampoco. Estamos huérfanos de participación.

Ahora está el congreso de Esquer(d)en Republicana y el de (No Molt) Junts. Los cuchillos, en forma de cáscara o desautorización, van y vienen desde hace días, y el votante, estupefacto, los ve volar. Por eso tengo una idea que hará que laindepe desencantado se movilice de nuevo, que ya hace falta. Creo que la solución es un reality show, siempre con el pedigrí catalanesco, no cabe duda. Se podría decir El juego del calamar de potera, pero todavía no he tenido tiempo de ir a registrarlo. En el programa, nuestros líderes, que vivirían juntos en una masía, deberían pasar pruebas culturales (relacionadas con el Proceso) pero también físicas, en la línea del famoso Humor amarillo. Por ejemplo, confeccionar un muñeco de Junqueras en un tiempo récord y colgarlo de un puente o cortar el pelo a varios modelos al estilo de Puigdemont, cuanto más mejor. Los espectadores deberían votar, desde casa, para eliminarlos o salvarlos, y en el plató, como en Gran Hermano, se reencontrarían con sus familias (políticas).

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Creo que el programa podría romperlo y haría las delicias de pequeños y mayores. Me pongo enseguida. Y por el precio, que nadie sufra. Estoy segura de que nos pondremos de acuerdo.