Novelas que serán (un día) una serie de Netflix
Oliver Twist, de Charles Dickens.Dura, dramática, emotiva.
Oliver es un tipo que pasa sus primeros años tutelado en la DGAIA. Puesto que, debido a que pide siempre comida, se considera que tiene un trastorno alimentario, el monitor, el sr. Bumble, lo ofrece como becario en la empresa de Servicios Funerarios municipal. Después de sufrir bullying de un trabajador, escapa y da lugar a la temporada 2.
El conde de Montecristo, de Alejandro Dumas (basada en hechos reales). Carcelario, intenso, vengativo.
Edmond Dantès, un joven marinero mercante, regresa al puerto de Marsella donde viven su padre (un entrañable Josep Maria Flotats, si podemos) y sus amigos. Nota: en el relato original, está a punto de casarse con una catalana, Mercè Herrera, pero este hecho está pendiente de aprobar por parte de los patrocinadores. Quizás acaba siendo alemana. A partir de aquí iniciamos un flashback en el que el protagonista, a ser posible David Selvas, pasa tiempo en Alcalá-Meco.
Soledad, de Víctor Catalán. Emotiva, empoderada, paisajística.
Mila (Clara Segura) es una mujer insatisfecha con su relación matrimonial; su marido es un hombre vago y con poca personalidad, al que debe seguir para hacerse cargo de un hotel de turismo rural. Tiene que haber tensión sexual no resuelta (TSNR) con el pastor Gayetano, Sergi López.
La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson. Romántica, aventurera, mafiosa.
Jim Hawkins, un chico que ayuda a su madre a llevar el aparthotel, recibe en el móvil la ubicación del tesoro del pirata Flint. (El teléfono es patrocinable.) Se embarca en un crucero rumbo a la isla desconocida. Durante la travesía descubrirá que John Silver el Largo, el gastroinfluencer del barco, es un antiguo evasor de impuestos.