Hay inyecciones que curan, pero otras pueden herir profundamente. Las imágenes deinfluencers y famosos promocionándose en las redes con jeringuillas de Ozempic para adelgazar están dejando huella en las adolescentes. Casi la mitad de las chicas catalanas de 12 a 16 años (un 47%) quieren perder peso –según el Institut Català de les Dones–, aunque la gran mayoría ya tienen un cuerpo sano y equilibrado. Ese deseo infundado erosiona la autoestima, alimenta pensamientos obsesivos y dispara la ansiedad hasta la frontera de la depresión. El hechizo de la delgadez extrema, presentada como deseo, se convierte en un camino hacia el dolor emocional.
El paso del bienestar al malestar puede depender de un hilo delgadísimo. No es nuevo el mensaje, sino la intensidad con la que nos golpea: hoy nos llega sin descanso, multiplicado por las pantallas. Ver una y otra vez cuerpos irreales genera un estrés silencioso pero devastador. Modelos internacionales han denunciado que en alta costura la talla requerida era una 34 y algunas han sido despedidas por hacer una "demasiado grande", como Charli Howard. Este verano, paseando por los preciosos lugares de la Selva Negra, en Alemania, me ha sorprendido ver en los escaparates de los comercios de ropa maniquíes con cuerpos de tallas superiores a la 36. Estoy tan poco acostumbrada a ello que cada vez me sorprendía y me alegraba al mismo tiempo. La sensación era de confort y vitalidad, de sentirme bien conmigo misma. Es el poder de las imágenes, que pueden hundirte o alegrarte la vida.
Por eso resulta urgente exponer cuerpos fuertes y saludables en las redes y en la realidad física. Hace unos días, Zara tuvo que retirar fotos de su tienda online en Reino Unido porque mostraba modelos extremadamente delgadas. También Marks & Spencer y Next lo han hecho después de ser denunciadas. El problema no es sólo el cuerpo de las modelos, que puede ser saludable, sino al intentar que parezcan más delgadas. El hecho es que se utilizan juegos de luces, maquillajes y ángulos de cámara (aparte de los filtros) para provocar que la clavícula se marque excesivamente, que destaquen los pómulos o que los muslos aparezcan con un tamaño igual o inferior a las pantorrillas, según las entidades denunciantes, para presentar una imagen de extrema delgadez.
La pregunta que está en el fondo y que no podemos dejar de hacernos es ¿cuál es el objetivo de desfigurar el cuerpo de las mujeres hasta tal extremo? ¿Qué odio latente, misoginia o temor hay en no poder admirar los cuerpos reales femeninos? El argumento de que "la ropa queda mejor en cuerpos delgados" es totalmente inconsistente, puesto que el criterio estético nace en la cultura en la que se desarrolla; si no lo creemos, observamos el gusto de Ticià o Rubens y el del arte del Renacimiento, el Barroco, el siglo XIX y principios del XX. El cuerpo femenino ha simbolizado la fertilidad, la maternidad, la salud y la abundancia material a lo largo del tiempo, hasta que empezó a cambiar por imágenes enfermizas y de vulnerabilidad.
Por eso levantar la voz para cambiar el modelo estético es imprescindible. Y, sin embargo, lo que está ocurriendo es lo contrario. Las modelos curvy ya no están de moda. Los datos alertan de un fuerte frenazo en las campañas llamadas body positive o cuerpo positivo, aquellas por las que apostaron algunas agencias de modelos y que mostraban a mujeres diversas, también de diferentes etnias, con cuerpos que superaban la talla 36. Hace una década algunas campañas, como #WeLoveAllSizes, consiguieron situar algunas de estas modelos en el top mundial. En el último año, las agencias señalan que les está costando mucho más encontrar trabajo.
Por eso es primordial pactar medidas con el mundo comercial y empresarial para cambiar los maniquíes de los escaparates, así como las imágenes de la publicidad y las redes. El estudio del Instituto de las Mujeres titulado Autopercepción de la imagen de las mujeres en los nuevos entornos digitales (2025) muestra que el 56,7% de las mujeres sienten presión por ser como las figuras femeninas que salen en las redes, y más del 70% se identifican con ellas. Considerando que las webs más visitadas por las mujeres son las relativas a moda, belleza y estilo de vida, la ansiedad generada por expectativas inalcanzables está servida.
En este escenario, es esperanzador ver cómo el departamento de Igualdad y Feminismo del gobierno de la Generalitat impulsa una campaña sobre la imagen del cuerpo de las mujeres con el lema "El like más importante es el tuyo". Pero no basta con gestos simbólicos: son necesarias acciones firmes y constantes de la mano de los agentes económicos, sociales y comunicativos, que transformen en serio la vida y el bienestar emocional de las mujeres.