Las palomitas de Demi Moore
Los americanos saben mucho de escribir discursos, y en Hollywood los interpretan muy bien, por lo que nunca sabes dónde acaba la persona y dónde empieza el guionista, pero el agradecimiento por el Globo de Oro que pronunció Demi Moore sonó más a verdad que a cuento de Navidad.
Moore nunca había recibido ningún premio individual, y eso que ya tiene 62 años. Y le agradeció explicando que, hace 30 años, un productor le dijo que era una "actriz de palomitas", que tendría éxito y haría dinero pero que nunca sería reconocida. Moore dijo esto y automáticamente se hizo un silencio incómodo en la sala. Y siguió: "Me lo creí, hasta el punto de que pensé que quizá ya lo había hecho todo". Y entonces vino el remate: "Para cuando pase uno de esos momentos en los que piensa que no sois lo suficientemente listos, lo suficientemente guapos, lo suficientemente delgados, lo suficientemente exitosos o, sencillamente, que no sois lo suficiente... Un día una mujer me dijo: «Que sepas que nunca serás suficiente, pero puedes conocer tu valor si dejas de lado la vara de medir»".
La lección de la historia está clara. No se esté comparando constantemente y piense que después de un mal día viene otro bueno. Y, sobre todo, no haga caso a quienes se atreven a juzgarse ya proyectar su futuro como si fuera una sentencia inapelable. Hay auténticos especialistas en comer la moral ajena. Algunos son malas personas y otros son agoreros que no saben decir nada más, y más vale apartarse.
No aceptes la crítica de alguien que nunca te ha hecho un elogio. Y vigila lo que piensas, sobre todo cuando estés tocado, porque lo que piensas acabará siendo lo que haces. La vida es larga, y tarde o temprano surgen oportunidades para desmentir a quienes no creyeron en ti, y hay éxitos que llegan más tarde. El mundo está lleno de gente que ha salido adelante aunque alguien un día les dijo que nunca harían nada bueno. Y ahora los que comen palomitas son ellos.