Más polémica antes que durante

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Mal día para hacer un debate electoral. El Barça-Athletic contraprogramaba la emisión. El debate de TVE reaprovechó el plató del programa Obrim fil de Xavier Sardà y el realizador nos torturó, sobre todo al inicio, con una música épica de fondo que iba sonando mientras los candidatos intervenían. Pero la principal singularidad de este programa es que la polémica empezó mucho antes de tener a los nueve candidatos en el plató. Esto delata las dificultades históricas de encaje entre Catalunya y España y la pésima gestión de la plurinacionalidad que hace el Estado. El debate se emitía en La 1 solo para Catalunya. En el resto del Estado lo podían seguir a través del canal 24h. Se hacía desde los estudios de TVE de Sant Cugat del Vallès pero con profesionales procedentes de la sede central. Y el moderador, Xabier Fortes, al ver que algunos candidatos optaron por el catalán, les recordó que era mejor que hablaran en castellano: “Se les está viendo en España [...] y a veces se les entiende poco en el resto de España ”, y con condescendencia argumentaba que ya les gustaría a los gallegos tener la oportunidad de hacer debates en castellano para todo el país. La repercusión estatal es una especie de premio a las autonomías, un valor al cual aspirar siempre que se pague el peaje de pasarse al castellano.

Pere Aragonès, Laura Borràs, Carles Riera, Àngels Chacón y Jéssica Albiach optaron por el catalán. Y Salvador Illa, al final, también lo usó en alguna ocasión. Al empezar, Xabier Fortes no se vio con la necesidad de justificar por qué en un medio público se incluía en el debate a un partido como Vox, sin representación parlamentaria. Sorprende cómo la democracia acepta con tanta naturalidad la entrada de la extrema derecha en su juego, y harían falta explicaciones ya de entrada. Solo cuando Riera protestó por los disparates de Ignacio Garriga hablando de “estercoleros multiculturales ”, Fortes aclaró que “Vox es un partido legal, les guste o no ”, y se justificó en la normativa estipulada por la Junta Electoral Central. Albiach reveló cuál era el comportamiento de todos ante la presencia de Vox: ignorarlos.

Lo cierto es que vimos un debate que empezó muy frío, en el que los candidatos parecían demasiado pendientes de los papeles del atril, algunos muy llenos de documentación. Laura Borràs era la única que aparte de las libretas mantuvo siempre el teléfono móvil. Fortes lamentó en un determinado momento: “Les veo muy estancos”. La discusión solo se animó a la hora de debatir el Procés. Pero en demasiadas ocasiones se hacían silencios incómodos y se percibía poca iniciativa a la hora de intervenir. En el tramo final, el moderador, culé reconocido, hizo broma porque el partido del Barça ya se había acabado: “Luego me dirán cómo ha quedado el Barça”. Se perdió un magnífico gol de falta de Messi. Ninguno de los candidatos demostró en el debate la eficacia del argentino en el campo.

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