Katy Perry en el Palau Sant Jordi.
10/11/2025
1 min

Cuenta Xavier Cervantes, en la suya crónica del concierto de Katy Perry en el Sant Jordi, que la cantante hizo subir al escenario a cinco espectadores, "incluida una chica disfrazada de tiburón". Y que uno de esos espectadores "le enseñó a decir «te quiero mucho» en catalán". Perry, entonces, "improvisó un estribillo, «te quiero mucho, te quiero mucho» ante el delirio del Sant Jordi».

Nuestro mejor crítico musical (qué bien lee la música, Xavier Cervantes) sólo nos hace saber que el chico "era de Reus". Recuerdo que en un concierto del Bruce Springsteen en Barcelona, ​​hace mil años, subió a una espectadora al escenario (me parece que estaba con Dancing in the dark). En televisión enseñaron, tiempo después, el concierto de Madrid, y era la misma chica. No sé si ese chico de Reus estaba "pactado" o fue espontáneo.

Este desconocido ha conseguido que Katy Perry diga y cante "Te quiero". Es una acción global por la cultura catalana comparable a la de la bodega Vall Llach, que logró que la NBA le regalara a Lebron James un vino catalán, comprado en Los Ángeles. O comparable a la de Ariadna Gil, que logró que Viggo Mortensen hablara del tió, nuestra tradición preferida (mezclar violencia con caca), en un late show en lengua inglesa. Le pido, pues, desde aquí, por favor, que se identifique, porque, como los anteriores citados, debe ser Creu de Sant Jordi. En estos momentos, todos los que, involuntaria o voluntariamente, realizan acciones concretas por nuestra lengua, merecen un pin en la solapa y, sobre todo, subvención.

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