¿Se está reduciendo el alma?

Una pluma estilográfica en una imagen de recurso.
28/11/2025
3 min

Y

Asegura Luciano de Samósata que un hombre que quería obtener la sabiduría de Epicteto, tratando de ahorrarse el trabajo de leerse sus libros, compró su lámpara por tres mil monedas, convencido de que bastaría con dejarse iluminar por su luz para impregnarse de su sano.

II

En una ocasión, Petrarca encontró un manuscrito de Cicerón que se consideraba perdido y, lleno de alegría, le escribió una carta de agradecimiento, pese a que el político y filósofo latino llevaba 1.300 años muerto.

III

Maquiavelo, exiliado en San Casciano, volvía a casa al atardecer y en el umbral de su estudio se despojaba de la ropa de trabajo: "Para vestirme ropas regias y curiales, y así ataviado decentemente, entro en las antiguas cortes de los hombres de antaño, donde soy amorosamente recibido y me nutre nacer. No me avergüenzo de hablar con ellos y de preguntarles sobre los móviles de sus acciones, y ellos, con toda humanidad, me responden".

IV

En una ocasión, Edward Shils soñó que caminaba por los pasillos de un viejo castillo alemán. En un rincón, junto a una ventana estrecha, advirtió a un hombre sentado, que estaba escribiendo en un escritorio. Lo reconoció. Era Max Weber. Shils se acercó de puntillas y se detuvo a sus espaldas dudando de si tenía que hablar. Pasaron unos momentos. Luego Weber levantó la mirada, fijó los ojos en Shils y le dijo: "Apruebo lo que estás haciendo". Shils sentía que había sido llamado para proseguir la sagrada misión de Weber: la búsqueda de la verdad.

V

Hay una miniatura medieval de Mateo de París que dejó perplejo a Derrida cuando la descubrió. Muestra Sócrates escribiendo y Platón, a sus espaldas, susurrándole lo que debe escribir, mientras con un dedo alzado resalta que lo está supervisando todo meticulosamente.

VI

Maquiavelo también tuvo un sueño literario. Poco antes de morir, el 21 de junio de 1527, reveló a sus amigos íntimos que había soñado con que una gran cantidad de hombres, vestidos pobremente y con aspecto de haber sufrido mucho, se encaminaban al cielo. También vio a otro grupo de aspecto noble y de gestos educados que se encaminaba con gravedad hacia el infierno, debatiendo entre ellos importantes problemas políticos. Allí reconoció a Platón, Plutarco y Tácito, y no dudó en sumarse a su compañía. Sus amigos entendieron que se estaba apropiando de otro sueño: el sueño que Cicerón le hizo soñar a Escipión teniendo presente, al mismo tiempo, el famoso sueño de Er, que cierra la República de Platón.

VII

Mr. Mifflin es el protagonista de la Librería encantada, de Christopher Morley. Un día un joven le comenta la suerte de trabajar en un lugar tan tranquilo y acogedor como una librería de viejo. "Nada de eso -contesta Mr. Mifflin-. Vivir en una librería es como vivir en un almacén de explosivos. Los estantes están llenos del combustible más furioso del mundo: los cerebros de los hombres".

VIII

El escritor francés Armand Gatti realizó un viaje a Pekín con un grupo de intelectuales europeos a finales de los sesenta. Fueron recibidos ceremoniosamente por el Gran Timonel, Mao Zedong, quien les autorizó a hacerle preguntas. Gatti se interesó por el futuro. Mao metió la mano en un bolsillo, sacó una libreta, buscó una hoja en blanco, la arrancó y se la entregó. Durante meses, Gatti conservó esa hoja en blanco entre las páginas de un libro. Un día sus hijos sacaron el libro de la estantería, encontraron la hoja y la llenaron de garabatos indescifrables.

IX

En Pasado y pensamientos, Herzen escribe a propósito de Sobre la libertad de John Stuart Mill, publicado en 1859: "Hace un mes Mill publicó un libro extraño en defensa de la libertad del pensamiento, del discurso y de la persona, y digo raro porque puede extrañar que en el país donde hace doscientos años Milton escribió sobre el mismo tema haya surgido la necesidad de levantar la voz sobre la libertad. Pero la gente como Mill no escribe por puro placer; todo su libro está impregnado de una tristeza profunda, no de una tristeza nostálgica, sino llena de coraje y de reproche. Mill tuvo que hablar porque el mal se había fortalecido. Milton defendió la libertad de palabra contra los ataques del poder, contra la violencia, y la parte más enérgica y noble de la sociedad se puso a su lado. El enemigo de Stuart Mill es diferente: él no lucha contra un gobierno ilustrado, sino contra la fuerza asesina de la indiferencia, la intolerancia mezquina y la mediocridad". Un poco más adelante Herzen suelta este lamento: "Observe: Se está reduciendo el alma".

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