La trampa silenciosa de las tarjetas

Últimamente he conocido varios casos cercanos de personas atrapadas en una espiral de deuda por culpa de las tarjetas de crédito o los créditos rápidos al consumo. Es algo que va pasando poco a poco. Un día compras un móvil. Otro, financias un electrodoméstico. Luego llega el viaje que parecía inofensivo.

Y de repente ya no puedes devolver el principal. Solo puedes ir pagando intereses. Mes tras mes, cuota tras cuota. La deuda queda fija. La cantidad prestada, casi intacta. Y tú, atrapado.

Lo más grave no es que esto ocurra, sino que sigue ocurriendo cada día. Con gente de todo tipo. No hablo de personas sin formación, sino de trabajadores, estudiantes, autónomos, incluso profesionales con estudios superiores. Todos podemos caer. Porque el crédito al consumo es cada vez más fácil, más instantáneo, más automático. A veces basta con un clic.

Cargando
No hay anuncios

Y claro, nadie te cuenta que un interés del 9% no es tan inocente. Que si sumas comisiones y gastos te están cobrando el 12%. El 15%. El 20%. Y tú sigues pagando. Hasta que un día descubres que ya has abonado más intereses que la cantidad que pediste. Literalmente.

Por suerte, los jueces han empezado a reaccionar. Varias sentencias han puesto límites a estos abusos. Han acotado qué tipo de interés puede considerarse usura. Y que el cobro de intereses no puede prolongarse eternamente, ni superar ciertos umbrales respecto al importe prestado. Los consumidores tienen derecho a no pagar si ha habido aprovechamiento indebido.

Cargando
No hay anuncios

Pero, aun así, esto no se ha detenido. Los anuncios de crédito rápido se ven en las redes, en las aplicaciones, en cualquier web. Y la deuda silenciosa se extiende.

Creo que tendríamos que hablar más de estas cosas en casa, con nuestros hijos, con los amigos. E insisto desde hace tiempo en algo que considero básico: la educación financiera debería formar parte del currículum escolar. Igual que enseñamos educación vial. Igual que hablamos de educación sexual. ¿Por qué no hablamos de créditos, seguros, ahorro, hipotecas?

Cargando
No hay anuncios

Los jóvenes tienen que saber, todos tenemso que saber, qué implica contratar una tarjeta. Cómo protegerse de un sobreendeudamiento. Cómo se calculan los tipos de interés. Cómo funciona realmente una deuda. Qué cubre un seguro. Da igual si estudiarán medicina, arte o ingeniería. Esto forma parte de su futuro. Parte de su vida adulta.

Y cuanto antes lo entiendan, mejor.

Cargando
No hay anuncios

Porque evitar un sobreendeudamiento no es solo una cuestión de sentido común. También es una cuestión de formación. Y, sobre todo, de prevención.