Vía Layetana 43: la memoria no puede ser sólo un gesto
La sociedad catalana lleva mucho tiempo luchando, a través de las entidades memorialistas y de derechos humanos, por una política pública de memoria que esté a la altura del sufrimiento vivido, de la verdad que todavía se niega y del futuro democrático que queremos construir. Esta lucha ha sido constante, transversal y persistente. Y, entre todas las demandas, una destaca con fuerza simbólica: la resignificación del edificio de Via Laietana 43.
Este edificio, sede de la Jefatura Superior de Policía, fue durante el franquismo —y buena parte de la Transición— un centro de represión sistemática. Allí pasaron miles de personas detenidas, que sufrieron torturas, humillaciones y vejaciones. Operaba la Brigada Político-Social, uno de los instrumentos más feroces del régimen contra la disidencia. Y, sin embargo, durante décadas, silencio.
Desde el Ateneo Memoria Popular, organización que agrupa hasta una veintena de entidades, presentamos, hace más de dos años y medio, una solicitud formal al gobierno español para que iniciara el expediente que reconociera Via Laietana 43 como lugar de memoria, sin haber recibido ninguna respuesta a día de hoy, ni siquiera a los posteriores escritos.
Silencio.
Por eso, sin embargo, valoramos muy positivamente que finalmente, este 18 de julio pasado, el gobierno del Estado haya incoado el expediente por declarar el edificio de la jefatura como Espacio de Memoria. Se trata de un paso importante, que llega después de años de presión ciudadana y que reconoce institucionalmente la gravedad de lo vivido.
Ahora bien, no podemos quedarnos aquí. Un reconocimiento formal, sin una transformación real, no garantiza ni la reparación ni ayuda a trabajar para evitar una posible repetición en el futuro. Es necesario ir más allá. Hay que definir cómo hacemos, de Via Laietana 43, un centro de memoria vivo, público, abierto y pedagógico, que explique la represión, dignifique a las víctimas y sirva para pensar un futuro más justo.
Y, para ello, entendemos que es necesario un paso imprescindible: la Policía Nacional no puede seguir ocupando el edificio. No existe ninguna democracia que pueda construir un relato de libertad y derechos mientras mantiene operativa una comisaría, en este caso la jefatura de este cuerpo de policía, en un espacio reconocido de represión franquista y de vulneración de derechos. No es una cuestión simbólica, es una cuestión de coherencia institucional y respeto a las víctimas.
Esta transformación no la conseguiremos sólo con decretos institucionales necesarios, que recordemos que están en cumplimiento de unas leyes de memoria que todavía está por desarrollar. Necesitamos continuar la lucha amplia, ciudadana, colectiva. Por eso, desde el Ateneo Memoria Popular hacemos un llamamiento a toda la sociedad civil, a las entidades, a los sindicatos ya los movimientos sociales y democráticos a sumarse a la gran movilización encabezada por la "Plataforma Via Laietana, 43. Hagamos Justicia. Hagamos Memoria", prevista para el mes de noviembre. Una movilización para defender el derecho a la memoria y para exigir con claridad la transformación íntegra de Via Laietana 43 en un centro público de memoria democrática.
Porque la memoria no puede ser sólo un gesto. Debe ser una herramienta de transformación radicalmente democrática.