Para que no todo sea tan dramático, he aquí la noticia del regreso a la política de Francisco Camps. Camps ha anunciado que quiere volver a ser presidente del PP valenciano, pero no presidente de la Generalitat Valenciana, porque su vuelta "no es contra nadie" (pero es conocida por todos su mala relación con Feijóo, con Mazón y con Zaplana, que fue el mentor del presidente de El Ventorro y de los fallecidos de la DANA). Para los lectores más jóvenes, aclaramos que Camps fue presidente de la Generalitat Valenciana entre 2003 y 2011, cuando se vio obligado a dimitir del cargo por su implicación en la trama Gürtel. Camps se ha pasado quince años de juicio en juicio, hasta once, de los que ha salido invariablemente absuelto: de la Gürtel y también de otros escándalos que le involucraban en el cobro de comisiones ilegales, como los casos Fórmula 1, Nóos o la visita del Papa (2010) organizar eventos y emitir algunas facturas).el Curita, porque es muy devoto, y seguramente piensa que tanta absolución acumulada debe tener que ver con la protección de alguna persona celestial, porque también es propenso a la egolatría. la existencia de una justicia de parto, uno de los agujeros negros de la democracia española (junto, justamente, de la corrupción).
Camps anunció su regreso en un lugar respaldado a la nostalgia: el hotel Palau Alameda de Valencia, escenario de tantos triunfos electorales liderados por él mismo y por quien fue alcaldesa de la ciudad, la difunta Rita Calorete Barberá. Para acentuar aún más la sensación de viaje en el tiempo, el expresidente apareció flanqueado por Alfonso Rus y Carlos Fabra, dos viejos bulldogs que representan como nadie las esencias de antaño. Rus fue alcalde de Xàtiva y presidente de la Diputación de Valencia y del PP valenciano, una gran cantidad de poder que le huyó de sus manos cuando apareció una grabación suya contando billetes de una comisión ilegal. Por su parte, Fabra fue el responsable de la construcción del aeropuerto fantasma de Castellón (un aeropuerto que durante años no tuvo vuelos), así como de la frase "¿Te gusta el aeropuerto del abuelo?", dirigida a una limpia suya, entre otros logros de la corrupción que fue de finales de los noventa hasta la primera década y media del siglo XXI en la Comunidad Valenciana.
Junto a estos veteranos, es cierto que Mazón, Rovira y su tropa de fachas parecen un grupo de parvenus. Ahora volvía a haber dinero a repartir (los 29.000 millonitos del Plan Endavant, por las labores de reconstrucción tras los destrozos de la DANA) y, por tanto, ganas de volver a ponerse a disposición. Falta ver si la reaparición "formal" de Camps es un producto veraniego de serie B o si tiene recorrido político en adelante.