400 litros de aceite preparados para verter sobre la carretera: el operativo contra la Vuelta interceptado por la policía

BarcelonaSiguiendo la carretera C-55 y pasado Clariana de Cardener, un municipio de 166 habitantes en la entrada del Solsonès, se encuentra el túnel de la Flauta. Es corto, de 150 metros, y este sábado, de la parte más alta de la entrada del túnel, escondido entre matorrales, sobresalía un pequeño tubo negro. El lunes, cuando la Vuelta ciclista pasó justo por debajo, ya no estaba. Este tubo contaba con varios temporizadores y, cuando la Policía Nacional siguió su hilo, halló dos bidones metálicos de 200 litros de capacidad cada uno. Según fuentes policiales, estaban llenos de aceite de motor.

Después de días de investigación, finalmente este sábado la Policía Nacional se presentó en este punto boscoso del Solsonès y pilló in fraganti cuatro hombres montando este mecanismo. Los habían seguido y había costado llegar, ya que, siempre según el relato policial, los hombres habían pasado por caminos secundarios para llegar y ninguno llevaba móvil. Según fuentes de la policía española, cuando los agentes llegaron los hombres estaban manipulando los tubos y los bidones, y los detuvieron allí mismo. En un comunicado, la Policía asegura que les arrestó cuando "iban a activar" el mecanismo y "sabotear" la Vuelta. Sin embargo, la defensa de los acusados, coordinada por Alerta Solidaria, aún no sabe qué tiene la policía en su contra. Ni siquiera tienen por vías oficiales los detalles del mecanismo que presuntamente estaban preparando.

Los bidones, tal como ilustra la policía española en un vídeo, estaban cubiertos por vegetación para ocultarlos. Quedaban justo encima del túnel. El sistema de activación funcionaba con una electroválvula y el tubo tenía varios temporizadores para que dejaran vía libre al aceite el día de la Vuelta. En total, según los cálculos de la policía, habrían dejado caer en carretera unos 400 litros de aceite de motor, que ya está analizando la unidad científica del cuerpo español.

Los detenidos son cuatro hombres independentistas de Osona que ahora ya están en libertad con cargos, pero que estuvieron 48 horas detenidos en la comisaría de la Verneda de Barcelona. Tras pasar a disposición judicial, no pueden acercarse a menos de 500 metros de la prueba ciclista, que este miércoles pasará por última vez por Catalunya. Se les acusa de los delitos de grupo criminal, desórdenes públicos, contra la seguridad vial y contra el medio ambiente.

"Vergüenza"

Su única documentación son las órdenes de registro de las casas de los detenidos, en Centelles, Tavèrnoles, Calldetenes y Vic, un documento donde no se especifica qué habrían hecho los cuatro hombres. Este hermetismo judicial viene dado por la calificación de secreto de sumario de la juez de Solsona, que la defensa de los acusados ha recorrido ya. Este lunes los detenidos pasaron por los juzgados y se limitaron a responder a las preguntas de su abogada, que fueron, sobre todo, dirigidas a demostrar su arraigo en Catalunya para evitar la cárcel preventiva. Por último, quedaron en libertad. A la salida, su abogada, Eva Pous, calificó el procedimiento judicial de "vergüenza".

Ésta también fue la reacción de los partidos independentistas, que pidieron insistentemente su liberación y el fin "de la represión". De hecho, la izquierda independentista convocó protestas contra la detención este lunes y varios manifestantes acudieron a recibir a los detenidos en los juzgados de Solsona. A la salida, exhibieron estrelladas y levantaron el puño en señal de victoria.