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El adiós de Jordi Sànchez abre el baile por el liderazgo dentro de Junts

Renuncia a presentarse al congreso de junio y pide una sola candidatura

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El secretario general de Juntos, Jordi Sànchez, durante el consejo nacional en Alcarràs (Lleida)

AlcarràsJordi Sànchez dejará de ser secretario general de Junts en junio. El actual máximo cargo ejecutivo del partido ha decidido que no se presentará a la reelección en el congreso previsto para la primera quincena de junio y abre paso a una nueva etapa en el partido que ahora mismo no se sabe qué dinámica tomará. El liderazgo que salga escogido del cónclave determinará la estrategia de JxCat, debate constante desde que se formalizó la formación en 2020. Está en juego qué pulsión se acaba imponiendo, si la más pragmática, cada vez más desacomplejada en el Govern –y que era compatible con la visión de Sànchez y también con Jordi Turull, con opciones para ser secretario general–, o la de los sectores más duros de Junts, con los liderazgos concentrados en el entorno de la presidenta del Parlament, Laura Borràs, afectada por el caso de la Institución de las Letras Catalanas y que también aspira a tener peso orgánico dentro de la formación.

Jordi Sànchez lo ha anunciado en el consejo nacional, que se tenía lugar este sábado en Alcarràs (Segrià). Ante los cuadros del partido, concentrados en el Centro Cultural Lo Casino, ha sorprendido a más de uno en la sala cuando ha hecho un llamamiento a hacer una única candidatura y ha anunciado que él no se presentará. "Es mi último consejo nacional como secretario general. Tengo la decisión de actuar con coherencia con esta voluntad de sumar y contribuir. Estaré al lado todos aquellos que quieran trabajar por el partido", ha afirmado. "No tengo pretensión de pedir una lista única y después decir: «Venid todos detrás de mí»", ha añadido irónicamente. Así, ha reclamado "generosidad" a todo el mundo y que no haya "ruido", además de pedir que se dejen de lado los "personalismos" que dan "supuestos minutos de gloria" y se trabaje por el "proyecto colectivo" de JxCat.

De este modo, Sànchez ha interpelado a las diversas familias de Junts que desde el congreso fundacional del año 2020 pugnan por el liderazgo. "El reto que tenemos no es pequeño", ha afirmado, y ha apuntado que existe el "riesgo" de que el congreso distraiga a la formación política de la tarea que tiene que hacer para las elecciones municipales, claves para el partido. "Podemos hacer un gran congreso y preparar elecciones municipales simultáneamente para ganarlas en 2023 –ha expresado–, necesitamos lealtad, confianza y responsabilidad". Ha dicho que el trabajo está encarrilado: ha explicado que, después de un trabajo "con discreción" por su parte y del secretario de organización, David Saldoni, puede "garantizar" un "espacio único" de Junts en los comicios locales, puesto que ha tejido acuerdos bilaterales con alcaldes que se quedaron en el Partido Demócrata cuando se fundó el partido de Puigdemont. Ha puesto de ejemplo a Reus, donde el alcalde de PDECat, Carles Pellicer, ya ha anunciado que no se presentará a la reelección, pero ha asegurado una sola lista bajo el nombre de JuntsxReus.

Desde primera fila del consejo nacional, ha escuchado las palabras de Jordi Sànchez el exconseller y vicepresidente del partido, Jordi Turull, que tiene que decidir ahora si se presenta a la secretaría general. Hasta ahora Turull ha negado en privado que lo quiera hacer, pero la decisión de este sábado le abre paso: varios dirigentes de su entorno lo animan a tomar el mando de la formación. La decisión la tendrá que tomar pronto –puesto que en unos quince días se abrirá el periodo electoral– y hay que ver si su candidatura, proveniente del antiguo CDC, genera consenso en el seno de Junts. "El paso de Jordi Sànchez nos obliga a trabajar por la unidad, no hay nada prefijado", reflexionaba este sábado un alto dirigente de la formación después del acto, entreviendo también que ahora mismo no hay nada atado.

El secretario general de Junts, Jordi Sànchez; el vicepresidente del Govern, Jordi Puigneró, y el vicepresidente del partido, Jordi Turull.

En este sentido, será clave el rol que también quiera jugar la presidenta de la cámara, Laura Borràs, a quien la mayoría de las fuentes consultadas del partido atribuyen la voluntad de tener el máximo peso orgánico. Más que la secretaría general, piensan en la presidencia de la formación que ahora ocupa Carles Puigdemont. El expresidente en el exilio no participa en el día a día del partido –tampoco lo ha hecho en este consejo nacional– y ahora tiene que decidir si, como Sànchez, también se echa a un lado y no se presenta a la reelección. Ya hace tiempo, de hecho, que su idea es centrarse en el Consejo por la República. En el supuesto de que se retire, se asume que será Laura Borràs quién dará el paso. Este sábado uno de los dirigentes más cercanos ha puesto un tuit premonitorio sobre las intenciones que puede tener la presidenta del Parlament. Acompañando el texto con una foto de Borràs, el diputado Francesc de Dalmases ha afirmado: "No estoy muy satisfecho del relato ni de los hechos de lo que llevamos de legislatura, pero veo un punto de inflexión que será bueno para Junts y, sobre todo, para el país".

Sànchez tomó las riendas del partido en un momento convulso, con reticencias de pesos pesados del partido. Contaba con la confianza de Puigdemont –forjaron una relación estrecha durante la legislatura del referéndum de 2017–, pero no del resto de los presos políticos –Jordi Turull, Josep Rull y Joaquim Forn–, que provenían del PDECat. Fue a última hora, de hecho, después de valorar otras alternativas que tampoco generaban consenso, que Sànchez y Turull llegaron a un acuerdo para forjar la actual dirección de Junts. "Turull y Sànchez no chocan en el fondo, sino en las maneras de hacer", explica una fuente que los conoce bien a los dos, puesto que el primero no entiende las maneras "herméticas" de hacer del segundo. Con quien Sànchez sí que ha chocado en el "fondo" durante su mandato ha sido con el entorno de Borràs, así como con la exportavoz y candidata en Barcelona, Elsa Artadi. Uno de los puntos de inflexión fue el acuerdo de Govern que Sànchez firmó personalmente con el president, Pere Aragonès, sin contar con su participación en la recta final de las conversaciones. Artadi renunció a estar dentro del Govern, entre otras cosas, por este motivo, mientras que Borràs tampoco se ha hecho nunca suyo el ejecutivo a pesar de ser la candidata de Junts el 14 de febrero.

Intervención dura a puerta cerrada

Durante su última intervención ante el consejo nacional, Sànchez también se ha referido a la última polémica sobre el pacto por el catalán, del cual Junts forma parte con ERC, el PSC y los comunes, a pesar de que se desmarcó pocas horas después de firmarlo a raíz de las críticas de las entidades pro lengua y en las redes sociales. Ha pedido trabajar para mantener el consenso político y encajarlo con el social, agradeciendo a republicanos, socialistas y comunes que se hayan puesto de acuerdo en darse tiempo para renegociarlo de nuevo. En todo caso, a puerta cerrada, Sànchez ha sido más duro, también con el rol de Junts. Según fuentes presentes, ha lamentado que desde las redes sociales se suela actuar al margen del partido –en la cuestión del catalán, algunos diputados tuitearon en contra del pacto– y que no se canalicen las opiniones a través de los mecanismos internos. Además de alertar, también, después de que el expresidente Quim Torra reclamara el desacato de la sentencia del 25% de castellano en las escuelas, de los riesgos de proclamar solo retóricamente la desobediencia.

Con el paso junto a Sànchez –y a la espera de lo que haga Puigdemont–, Junts per Catalunya cerrará una etapa que culminará en Catalunya del Nord con la presencia de todos los exiliados, también del expresidente de la Generalitat.

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