Aragonès reafirma ante el empresariado la apuesta por el diálogo pero avisa de que no incluirá renuncias

Reclama al Estado el traspaso a la Generalitat de la gestión del puerto de Barcelona, el aeropuerto y el consorcio de la Zona franca

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El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, este miércoles a las jornadas del Círculo.

BarcelonaToda la voluntad de diálogo y negociación que haga falta con el Estado, pero también toda la firmeza en que la mejor salida al conflicto político catalán es un referéndum de independencia. Esta ha sido la tarjeta de visita que ha entregado el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, al empresariado catalán en su primera intervención en un foro económico de relevancia desde que tomó posesión del cargo. Ha sido en la sesión inaugural de las jornadas económicas que organiza anualmente el Cercle d'Economia, una de las citas económicas del año en Catalunya donde empresarios y políticos debaten las carencias y oportunidades del panorama actual. Así, Aragonès ha garantizado al empresariado su firme "compromiso con una etapa de diálogo y negociación" entre su Govern y el Estado, pero también les ha advertido que esto no significará que renuncie en la base de sus convicciones: que cualquier salida pasa por una amnistía a los represaliados y una "solució democrática", es decir, un referéndum. Los empresarios también tenían un mensaje para Aragonès por boca del presidente del Cercle, Javier Faus. Aplauden el diálogo y avalan los indultos, pero ninguna muestra de apoyar un referéndum.

Uno de los principales frentes abiertos que tiene el nuevo presidente en la nueva legislatura es precisamente encarar la relación con los empresarios, siempre tensa desde que el Procés llegó para quedarse y especialmente complicada en la etapa de los dos últimos presidentes catalanes, Carles Puigdemont y Quim Torra. Aragonès llega en un periodo de conflictividad política menos intensa que sus predecesores, pero también con el objetivo de intentar encontrar soluciones tangibles. Este miércoles el nuevo presidente ha ofrecido a los empresarios una 'música' que esperaban desde hace tiempo, la apuesta sin matices por una "nueva etapa" de diálogo y negociación, pero también una 'letra' que puede ser menos de su gusto: "Mi compromiso es independentista, republicano y progresista".

Sea como fuere, el presidente catalán se ha mostrado abierto a que todo las partes en conflicto puedan expresarse y ha retado al Estado a hacer oficial qué propuesta tiene para Catalunya. "Y a partir de aquí, debatir y contraponer modelos", ha resuelto. De hecho, ha aprovechado la ocasión para reclamar que nadie tenga miedo al referéndum, tampoco el poder económico. Sobre la mesa ha puesto dos argumentos: el primero que las "sociedades maduras no tienen que tener miedo a abordar todos los debates". El segundo, más económico y apelando a las tesis de la economista Mariana Mazzucato, es que cuando las instituciones son capaces "de acompañar los procesos democráticos", de rebote se beneficia "el crecimiento económico". En otras palabras, el presidente ha reivindicado que apostar por la vía del referéndum no tendría que alterar la estabilidad económica, siempre que las dos partes en conflicto actúen con madurez.

Infraestructuras y fiscalidad

Pero Aragonès ha querido abrir otras carpetas aparte de la del Procés, a pesar de que el Estado ha seguido estando muy presente en sus otras reivindicaciones. Por ejemplo, el presidente acepta de los empresarios la tesis sobre la importancia que tienen para el futuro de Catalunya las infraestructuras clave como el aeropuerto. Incluso ha dado alguna señal de que no ve con malos ojos el proyecto de ampliación de El Prat si se hace desde los "consensos" de todas las partes, pero ha advertido que habrá que revisar bien la cuestión desde el punto de visto medioambiental. Aun así, Aragonès les ha pedido a cambio que remen a favor de que estas infraestructuras puedan ser gestionadas desde el territorio y no con las políticas diseñadas desde despachos madrileños. Por lo tanto, ya ha avanzado que en la relación bilateral que quiere emprender con el gobierno español reclamará el traspaso del puerto de Barcelona, el aeropuerto de El Prat y el Consorcio de la Zona franca. "Necesitamos una nueva gobernanza metropolitana", ha argumentado.

También se ha embarcado en otras cuestiones delicadas, avisando a los empresarios que no tiene previsto reducirles los impuestos, a pesar de que tampoco ha aclarado si se los subirá. "No necesitamos una reducción de la fiscalidad sino una fiscalidad mejor", ha diagnosticado, enigmático. En el terreno de las promesas, ha garantizado una gestión ambiciosa y responsable de los fondos europeos que lleven a "transformacions estructurales" y unos presupuestos públicos, ya de cara al año que viene, con medidas de "primer impacto".

Aragonès y el presidente del Cercle, Javier Faus.

Aval a los indultos

Pero este miércoles no solo se tenía que presentar Aragonés, sino que también era el día en que los propios empresarios, de la mano del presidente del Cercle, Javier Faus, expresaron sus reivindicaciones al presidente. La principal novedad ha sido su apoyo explícito al indulto a los presos políticos porque es una salida jurídica que contempla "nuestro ordenamiento jurídico". Un aval nada despreciable, teniendo en cuenta el rechazo que generan en todo el arco parlamentario de la derecha y la extrema derecha de ámbito estatal. Los empresarios también celebran que se abre una "oportunidad histórica de concordia" entre Catalunya y España por la voluntad de los dos gobiernos de dialogar, pero siguen sin dar ninguna señal de aceptar un referéndum como salida de consenso. Su vía es la tercera: ni centralismo ni independencia, sino una mejora "del encaje de Catalunya con España".

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