Mesa de diálogo

Aragonès y Sánchez pactan reunir la mesa de diálogo la última semana de julio

La Moncloa asegura que no han abordado la reforma de la sedición

MadridLa mesa de diálogo reavivará la última semana de julio. Así lo han pactado el president de la Generalitat, Pere Aragonès, y el presidente español, Pedro Sánchez, en la reunión que han mantenido este viernes en La Moncloa durante una hora y tres cuartos. Las dos delegaciones se volverán a ver las caras diez meses después de que se retomaran las negociaciones, en un encuentro en el Palau de la Generalitat el 15 de septiembre. Aquel día los dos presidentes se reunieron frente a frente y, posteriormente, se celebró la reunión de la mesa de diálogo, la primera desde que Aragonès llegó a la presidencia de la Generalitat. Esta vez estará en Madrid.

Aragonès ha destacado después de la reunión que el objetivo es que en la mesa de diálogo se puedan anunciar "los primeros acuerdos parciales y concreciones en el ámbito de la desjudicialización", pero no ha querido concretar en qué campos se está trabajando. Eso sí, ha subrayado que "revertir los efectos de la judicialización es uno de los grandes objetivos de la mesa, y todo lo que ayude en este sentido será positivo". Sobre la mesa, por ejemplo, está la posible reforma del delito de sedición, una medida que afectaría los líderes políticos que actualmente están en el exilio, como por ejemplo el ex president Carles Puigdemont.

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El presidente sí que ha confirmado que los dos jefas de gobierno han coincidido en valorar positivamente el acuerdo marco de la negociación acordado por la consellera Laura Vilagrà y el ministro Félix Bolaños.

El acuerdo certifica la reanudación de relaciones entre los dos gobiernos después de semanas de turbulencias por el estallido del Catalangate en el mes de junio. Aragonès reclamó una reunión con su homólogo español y ha llegado tres meses después. Desde que salió a la luz el escándalo de espionaje, los dos habían coincidido en varios actos, siempre en Barcelona, pero no habían tenido una charla con profundidad. Los dos se vieron en la capital catalana el 6 de mayo coincidiendo con las jornadas del Cercle d'Economia y el 27 de junio en una cena de Pimec en el Camp Nou. Entremedias fueron, el día 19 de junio, las elecciones andaluzas.

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Las últimas semanas el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y su homóloga catalana, Laura Vilagrà, han rehecho las relaciones institucionales, que habían quedado congeladas. Han mantenido hasta tres reuniones bilaterales, dos en Barcelona y una en La Moncloa. La última fue el 8 de julio en el Palau de la Generalitat, en la cual los dos interlocutores anunciaron la reunión entre Sánchez y Aragonès de este viernes y dieron una nueva oportunidad a la mesa de diálogo, que se tendría que reunir en dos ocasiones durante el que queda de 2022. La primera ya se ha confirmado que será dentro de dos semanas.

La principal dificultad para retomar la mesa era que no fuera solo una fotografía, sino que pudiera llegarse a algún tipo de acuerdo en el contenido. Los dos gobiernos pactaron en septiembre llevar las negociaciones con mucha discreción, si bien las últimas semanas la Generalitat ha dejado caer públicamente qué pide a La Moncloa: avanzar en la agenda antirrepresiva. En este sentido, la posibilidad de reformar el delito de sedición ha vuelto a entrar en debate, con ERC abriéndose a estudiarlo. Sin embargo, la portavoz de La Moncloa, Isabel Rodríguez, ha asegurado que no se ha abordado esta cuestión, y tampoco los próximos presupuestos del Estado. La también ministra de Política Territorial ha explicado que "hay temas avanzados" para poder anunciar algún acuerdo en la próxima mesa de diálogo, pero no ha concretado su contenido. Sánchez y Aragonès ya no participarán en este encuentro.

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De momento, Sánchez ha mantenido que el gobierno español no lo plantea porque constata que no hay mayoría parlamentaria para que una modificación de esta índole salga adelante. Junts, por ejemplo, defiende la supresión del delito, mientras que el PSOE tenía la idea de cambiar el redactado de los tipos delictivos y una rebaja de las penas. Se trata de una medida que afectaría a los exiliados, pendientes de la resolución del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre las euroórdenes del juez instructor del Supremo, Pablo Llarena. Este jueves, el abogado general del organismo con sede en Luxemburgo alimentó las esperanzas de la justicia española.

Sánchez cierra el caso Pegasus

La crisis de Pegasus y la admisión por parte del CNI que había intervenido el móvil de Aragonès cuando era vicepresidente llevaron la relación entre ERC y el PSOE a su punto más bajo. De hecho, como represalia, el grupo republicano en el Congreso votó en contra del primer decreto de medidas contra la inflación (que se aprobó igualmente). Por el contrario, este jueves ERC ha votado a favor del segundo paquete que extiende las medidas hasta el 31 de diciembre e incorpora nuevas. La consecuencia más importante del caso de espionaje fue el cese de la ex directora del CNI Paz Esteban, a pesar de que formalmente lo fue por el fallo de seguridad detectado en los móviles del mismo Sánchez y varios ministros, que también fueron espiados con Pegasus. El gobierno español ha dado por cerrada la crisis de Pegasus y, a pesar de que se ha abordado en la reunión, Rodríguez ha aseverado que la posición de La Moncloa "no ha cambiado".