¿En qué se parece el gobierno alternativo de Illa a su gobierno real?
Tal y como hizo Maragall, el presidente se ha llevado buena parte del ejecutivo paralelo a la Generalitat
BarcelonaNo hacía ni dos semanas que el gobierno de Pere Aragonès había tomado posesión, que Salvador Illa ya había pensado en cuál sería su estrategia como jefe de la oposición para, cuando terminara la legislatura, ser él quien pudiera gobernar Catalunya. En el Palau Requesens, a un par de minutos a pie del Palau de la Generalitat, presentaba un gobierno alternativo para visualizar la oposición al gobierno –entonces de coalición con Junts– que encabezaban los republicanos. Nombrando consejeros en la sombra –un equipo de quince diputados socialistas que se repartieron las carteras del ejecutivo paralelo–, Illa quería visualizar cómo gobernaría el PSC la Generalitat si tuviera la oportunidad de hacerlo.
Tres años más tarde, Illa sí ha logrado la presidencia, y ha podido nombrar consejeros de verdad. De los quince miembros de su ejecutivo alternativo, más de la mitad de los alter ego del gobierno Aragonés se han mantenido, algunos en funciones y carteras diferentes, al equipo que ha conformado Illa una vez ha llegado a Palau.
De entrada, tres figuras han aterrizado en la Generalitat con la misma cartera que tenían en el gobierno alternativo. Se trata de Alícia Romero, consejera de Economía, Esther Niubó, consejera de Educación y Formación Profesional y Silvia Paneque, que en el gobierno alternativo era responsable de Transición Ecológica, y en el Gobierno suma las competencias de Territorio y Vivienda. De hecho, las tres han sido las portavoces del grupo socialista en las comisiones parlamentarias sobre estos temas en la última legislatura. Ahora serán ellas quienes tendrán que responder ante los diputados.
También otros dos consejeros estaban en el gobierno alternativo, pero no con las responsabilidades que han asumido ahora. El conseller de Agricultura, Òscar Ordeig, era el responsable de los ámbitos de Industria, Empresa, Comercio y Turismo y Agenda Digital, y el de Justicia, Ramon Espadaler, se encargaba de monitorizar los temas relacionados con la conselleria de Interior, el departamento que dirigió casi tres años durante la presidencia de Artur Mas.
En el gobierno en la sombra había otros tres miembros que han dado también el salto al gobierno catalán, pero no como consejeros, sino como secretarios generales, que en la práctica son los números dos de los consejeros. Raúl Moreno, responsable de Asuntos Sociales e Infancia en el ejecutivo paralelo, ha sido nombrado esta semana mano derecha de Mónica Martínez en Derechos Sociales; y Jordi Terrades, consejero a la sombra de Infraestructuras, Territorio y Vivienda, es el nuevo secretario general de la consejería Territorio que dirige Paneque. Entra en Govern, pero en un ámbito diferente Pol Gibert, referente de las políticas del ámbito laboral en el gobierno alternativo, que es el número dos en Justícia, con Espadaler.
La mayoría de lo que no han terminado en el gobierno real tienen otros cargos importantes. Rosa Maria Ibarra (Mundo Agrario) y David Pérez (Transparencia) son miembros de la Mesa del Parlament; y Ferran Pedret (Justicia) es el presidente del grupo parlamentario del PSC. Rubén Viñuales y Eva Granados, que también formaron parte del ejecutivo alternativo, son ahora alcalde de Tarragona y secretaria de Estado de Cooperación Internacional, respectivamente. Gemma Lienas (Igualdad) y Assumpta Escarp (Salud) han dejado la política institucional y no han repetido como diputadas; y Rocío García (Cultura) y Marta Moreta (Mundo Local y Función Pública) tampoco han terminado en la mesa del consejo ejecutivo.
El espejo Maragall
En la decisión de impulsar el gobierno alternativo, Illa se fijó ya en lo que había hecho Pasqual Maragall como líder de la oposición a Jordi Pujol, antes no llegó a la presidencia. Entonces el exalcalde de Barcelona importó el shadow cabinete de la política británica para “entrenar” pesos pesados de los socialistas y “gobernar desde la oposición” con el objetivo de alcanzar la presidencia que el reparto de escaños le negó al PSC en 1999 (los socialistas ganaron en votos, pero CiU obtuvo más escaños).
Tal y como ha hecho Illa ahora, el expresidente mantuvo la mayoría de figuras que le habían acompañado al gobierno a la sombra cuando el PSC logró la presidencia. Joaquim Nadal (Territorio), Marina Geli (Salud), Montserrat Tura (Interior), Josep Maria Rañé (Trabajo), Josep Maria Vallès (Justicia) y Antoni Siurana (Agricultura), por ejemplo, fueron consejeros en el gobierno alternativo que diseñó Maragall antes no llegó a ser presidente. Otros miembros no acabaron en el consejo ejecutivo (no había sitio para todos, porque era una coalición tripartita con ERC e ICV) pero fueron secretarios generales o responsables de organismos públicos.