Memoria democrática

Ayuso evita condenar el franquismo: "No nos van a encontrar en el guerracivilismo"

El ejecutivo madrileño se declara frontalmente en contra de la ley de memoria democrática en el 50 aniversario de la muerte de Franco

La presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la sesión de control en la Asamblea autonómica
20/11/2025
4 min

MadridMientras el Congreso se prepara para acoger varios actos para conmemorar los 50 años de la muerte de Francisco Franco, en la Asamblea de Madrid la efeméride sólo se ha colado a iniciativa de la izquierda durante la sesión de control en el ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso. "Hoy, 20-N, es un buen día para celebrar la democracia condenando el franquismo. ¿Por qué no trata de condenarle?", ha retado la portavoz parlamentaria de Más Madrid, Manuela Bergerot, a la presidenta madrileña. Ayuso se ha fugado aduciendo que ella ya ha nacido en democracia, en 1978. "No nos encontrarán en el guerracivilismo", ha afirmado. Es habitual en la líder del PP madrileño equiparar a ambos bandos, el franquista y el republicano, y es lo que ha vuelto a hacer este jueves para no pronunciarse contra la dictadura.

"Para condenar la Guerra Civil, primero hay que condenar a la antesala, que es levantar un muro entre españoles", ha dicho Ayuso. En una rueda de prensa posterior, Bergerot denunció que la presidenta madrileña ponga en el mismo saco una etapa de "terror" y la Segunda República. De hecho, el ejecutivo de Ayuso va más allá y establece también un paralelismo entre el período que condujo al inicio del conflicto, en 1936, y la etapa de Pedro Sánchez. El portavoz del gobierno madrileño y consejero de Presidencia y Justicia, Miguel Ángel García Martín, ha acusado al ejecutivo español de estar "resucitando al francomodino para dividir artificialmente a los españoles". "No les acompañaremos en ninguna celebración sectaria", ha dicho García Martín durante el pleno con el argumento de que el PP madrileño se considera "heredero de la Transición" y sólo participa en eventos que la conmemoran, como el aniversario de la Constitución.

Esta decisión va en línea con la de actos organizados por el gobierno español con motivo de los 50 años de la muerte de Franco por el hecho de que lo consideran una "trampa" de Sánchez. Lo más parecido al franquismo es el sanchismo", se limitó a decir la portavoz del PP en el Senado, Alicia García, ante un tema incómodo para los populares en el que hacen equilibrios y ante las también polémicas declaraciones de la alcaldesa de Valencia, María José Catalá, que esta mañana en un programa deOnda Cero ha dicho que el franquismo fue "una etapa de la historia que tiene sus lados positivos y negativos", informa Daniel Martín Fernández.

Según Catalá, la historia hay que analizarla "de forma serena y tranquila", sin "ganas de revancha" ni pensando que "cualquier tiempo pasado fue mejor". En el lado negativo del franquismo, Catalá ha puesto la ausencia de democracia, y en lo positivo ha mencionado las infraestructuras hidráulicas. Ante el alud de críticas, la alcaldesa de Valencia ha asegurado que el franquismo fue "una etapa negra de nuestro país que merece superarse y mirar hacia adelante condenando lo que fue". "Todos tenemos claro que es una etapa en la que los derechos y libertades no se respetaron y que ha sido superada por generaciones que tenemos muy claro nuestro compromiso con la democracia y con las libertades y con el futuro", concluyó.

Rebeldía con la memoria

Esta enmienda a la totalidad a la celebración de los 50 años de democracia impulsada por el gobierno español también lo es en la ley de memoria democrática aprobada la anterior legislatura. "Tiene poco de memoria y menos de democrática. Lo único que pretende es levantar muros y resucitar el guerracivilismo y el rencor", ha afirmado el propio consejero de Ayuso, interpelado también por Más Madrid. García Martín ha advertido de que, cuando Alberto Núñez Feijóo llegue a la Moncloa, "será una de las primeras leyes que derogará". "No aspiran a cerrar heridas sino a cerrar filas", ha insistido. El ejecutivo madrileño lleva meses resistiéndose a aplicar esta norma y, de hecho, tiene un conflicto abierto en el Tribunal Constitucional con el gobierno español. Ayuso se niega a colocar una placa en la sede de la presidencia madrileña, ubicada en la Puerta del Sol, que recuerde que durante la dictadura fue sede de torturas policiales –acogía las dependencias de la dirección general de Seguridad (DGS), el equivalente a la Vía Layetana de Barcelona.

Lo que para la izquierda es una "trabaquería patética contra la memoria democrática" para Ayuso es una determinación clara en su estrategia de oposición frontal a Sánchez. García Martín, de hecho, incluso ironizó con la pretensión, a petición de las asociaciones de víctimas, de recordar con una placa que fueron torturados en la sede de la presidencia madrileña. El portavoz del gobierno autonómico ha sugerido poner otra en "la casa oficial" en la que vive Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del gobierno español. "También la construyó Franco, que pongan una placa bien grande para recordárselo", ha reclamado. Con este posicionamiento, el PP de Ayuso se acerca a los postulados de Vox. Su portavoz en la Asamblea, Isabel Pérez Moñino, ha criticado la campaña de "la extrema izquierda" y sus "cortinas de humo". "No queremos leyes totalitarias que obligan a los españoles a condenar a los abuelos de sus vecinos. Queremos convivencia con independencia de bandos", ha defendido.

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